JORNADAS INTERNACIONALES DE ENFERMEDAD DE CHAGAS
De la miocardiopatía chagásica a la miocardiopatía
isquémica no aterosclerótica
Lesión endotelial: alteraciones de la microcirculación
en la enfermedad de Chagas-Mazza
Jorge E. Mitelman1, Luisa Giménez2
1 Médico cardiólogo. Coordinador del Consejo de Enfermedad de Chagas. Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC).
Profesor Titular. Facultad de Medicina. Instituto Universitario de Ciencias de la Salud. Fundación H. A. Barceló. Ciudad de Buenos Aires. República Argentina.
2 Médica cardióloga. Fellow de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC).
Profesora Adjunta. Facultad de Medicina. Instituto Universitario de Ciencias de la Salud. Fundación H. A. Barceló. Ciudad de Buenos Aires. República
Argentina.
Correspondencia: Dr. Jorge Mitelman.
San Luis 3294, piso 1º “C”. CP: 1170. Ciudad de Buenos Aires. Argentina.
E-mail: jorgemitelman@yahoo.com.ar
Recibido: 28/04/2017
Aceptado: 04/07/2017
Resumen
Diversos trabajos demostrarían que los pacientes con patología chagásica crónica presentan anormalidades en la vasomoción coronaria microvascular y epicárdica por disfunción del endotelio vascular. Provocada la alteración endotelial, aumentarían la reactividad plaquetaria y la interacción plaqueta-célula endotelial, produciéndose modificaciones en las proteínas estructurales, disturbios bioquímicos en la transducción de señales con cambios en la proliferación y función celular y respuestas inflamatorias. Una vez establecida la lesión en la microcirculación, la isquemia produciría miocitolisis, reemplazando el tejido cardíaco por fibrosis. La importancia clínica de estos hallazgos radicaría en relacionarlos con los síntomas de angina referidos por los pacientes y en su contribución hacia el avance a la miocardiopatía chagásica crónica, de los pacientes que posean esta anormalidad de la vasomoción en el período crónico sin patología demostrada.
Palabras clave: Enfermedad de Chagas; Lesión endotelial; Score de desenlace clínico; Nuevas terapéuticas
Summary
From chagasic cardiomyopathy to non-atherosclerotic ischemic cardiomyopathy
Endothelial injury: alterations of the microcirculation in the disease of Chagas-Mazza
Several studies would show that patients with chronic chagasic pathology have abnormalities in microvascular and epicardial coronary vasomotion due to vascular endothelial dysfunction. Once the endothelial alteration is provoked, the platelet reactivity and endothelial-platelet-cell interaction would increase, resulting in modifications in structural proteins, biochemical disturbances in signal transduction with changes in cell proliferation and function, and inflammatory responses. Once the lesion in the microcirculation was established, ischemia would produce myocytolysis, replacing the cardiac tissue with fibrosis. The clinical importance of these findings is the relationship with the symptoms of angina reported by patients and their contribution to the progression to chronic chagasic cardiomyopathy of patients who have this abnormality of vasomotion in the chronic period without demonstrated pathology.
Keywords: Chagas’ disease; Endothelial lesion; Score of clinical outcome; New therapies
Resumo
Da cardiomiopatia chagásica à cardiomiopatia isquêmica não aterosclerótica
Lesão endotelial: alterações da microcirculação na doença de Chagas-Mazza
Vários estudos mostrariam que os pacientes com patologia chagásica crônica têm anormalidades na vasomoção coronariana microvascular e epicárdica devido à disfunção endotelial vascular. Uma vez que a alteração endotelialé provocada, a reatividade plaquetária e a interação endotelial plaqueta-célula aumentariam, resultando em modificações nas proteínas estruturais, distúrbios bioquímicos na transdução de sinal com alterações na proliferação e função celular e respostas inflamatórias. Uma vez que a lesão na microcirculação foi estabelecida, a isquemia produziria miocitólise, substituindo o tecido cardíaco por fibrose. A importância clínica desses achados é sua relação com os sintomas de angina relatados pelos pacientes e sua contribuição para a progressão da cardiomiopatia chagásica crônica de pacientes que apresentam esta anormalidade na vasomoção no período crônico sem patologia demonstrada.
Palavras-chave: Doença de Chagas; Lesão endotelial; Score de resultados clínicos; Novas terapias
Introducción
La tripanosomiasis americana es una de las endemias
más importante de las Américas, asociada a la
pobreza; se encuentra difundida en las zonas rurales,
las migraciones la han trasladado a las grandes urbes
latinoamericanas, de Estados Unidos, Europa, Japón
y Australia1-4. Es producida por un parásito, que se
transmite por insectos hematófagos entre diversos huéspedes
(animales silvestres, domésticos y de hombre a
hombre). La transmisión en el hombre en la mayoría
de los casos (en Argentina), se realiza por el Triatoma
infestans (vinchuca) que se adapta a la vivienda rural.
Hay más de 60 especies triatominos en América5.
En el ámbito rural, las circunstancias están relacionadas
con la falta de igualdad de oportunidades; la pobreza
con sus estrechas condiciones de vida y consecuencias
de malnutrición, viviendas precarias, falta de acceso a
agua potable y de salubridad, imposibilidad en muchos
casos de acceder a la educación, a la realización individual
y de su grupo, a la imposibilidad de la atención
médica sanitaria6-8. La enfermedad de Chagas cursa en
dos períodos, uno agudo y otro crónico, que a su vez
puede ser asintomático o con complicaciones, el 25-
35% de los infectados desarrolla una miocardiopatía
que evoluciona hacia una arritmia aguda con muerte
súbita o a una insuficiencia cardíaca progresiva, mega
formaciones digestivas, así como a trastornos neurológicos9.
Es consistente afirmar que se han realizado
significativos esfuerzos para prevenir la infección, pero
casi no se han desarrollado iniciativas para prevenir
las manifestaciones de cardiopatía. Se ha confundido
la falta de recursos terapéuticos antiparasitarios, en la
infección tardía, con la imposibilidad de actuar con
criterios médicos terapéuticos más amplios que los
exclusivamente antiparasitarios.
En la caracterización evolutiva de la llamada enfermedad
de Chagas, se ha ubicado a una amplia franja de
afectados como infectados por Trypanosoma cruzi sin
expresiones clínicas. Esto no permitiría considerarlos
enfermos. Una especie de portadores sanos de una
infección. Es importante resaltar las evidencias que
desmienten que en el período crónico sin patología
demostrada no hay afección; por el contrario, se han
detectado precozmente disautonomía, alteraciones de
la microvasculatura, así como presencia de anticuerpos
contra receptores a neurotransmisores en un porcentaje
significativo.
Diagnóstico de la enfermedad de Chagas
El diagnóstico de la enfermedad de Chagas se basa en
tres parámetros fundamentales:
1. Antecedentes epidemiológicos (haber nacido o vivido
en zona endémica).
2. Análisis de laboratorio (reacciones de laboratorio
específicas).
3. Clínica.
Las técnicas de laboratorio utilizadas en la enfermedad
de Chagas en el período agudo es la búsqueda directa
del parásito en sangre; en el período crónico a través
de inmunoglobulinas en forma indirecta. Actualmente
se utilizan: la inmunofluorescencia indirecta (IFI), el
enzimoinmunoensayo (ELISA), la hemaglutinación
indirecta (HAI), la aglutinación de partículas (AP),
requiriéndose la positividad de dos técnicas y confirmación
por una tercera en caso de discordancia10.
Mecanismos fisiopatológicos de la miocardiopatia chagásica
Los factores que intervienen en el desarrollo de cardiomiopatía11 son:
1 Daño miocárdico intrínseco durante la fase aguda y
crónica debido a:
A. Acción parasitaria directa.
B. Alteraciones inmunológicas.
C. Daño neurológico.
2 Trastornos inducidos debido a la respuesta inmune del huésped.
3 Alteraciones en el sistema nervioso autónomo (SNA).
4 Lesiones microvasculares con alteraciones en la microcirculación y posterior miocitolisis.
Agresión parasitaria directa o a través de una
neuraminidasa
El parásito dañaría directamente al endotelio vascular
con la secreción de una neuraminidasa que le permite
remover los grupos de ácido siálico electronegativos
de los fosfoesfingolípidos de membrana (los cuáles
normalmente facilitan el flujo sanguíneo por rechazo
electrostático)12,13, aumentando la resistencia al flujo y
alterando el estado normal de la microcirculación, predisponiendo
a la trombosis al incrementar la viscosidad
y agregación plaquetaria.
Teoría microvascular
El endotelio es un órgano altamente especializado y
metabólicamente muy activo, desempeñando un papel
relevante en el mantenimiento del tono y la permeabilidad
vascular; así como en la modulación de la homeostasis
y trombosis. Interviene en todas las fases de
la inflamación aguda o crónica, produce mediadores de
la vasodilatación como óxido nítrico (ON) y prostaciclina,
y expresa moléculas de adhesión que facilitan la
adherencia y migración de los glóbulos blancos.
La célula endotelial, por su ubicación entre la sangre y
los tejidos, desempeña un papel crucial en la respuesta
inflamatoria al controlar el ingreso de mediadores y de
células inflamatorias a los sitios de la inflamación; estas
funciones son reguladas por cambios en las propiedades
adhesivas de las células.
En la inflamación, el endotelio emite señales para que
ocurra la migración extravascular de los leucocitos; en
condiciones normales, éstos tienen un contacto fortuito
con las células endoteliales, pero cuando los tejidos
se deterioran por infecciones, sus células liberan citoquinas
pro inflamatorias (interleuquina-1 y factor de
necrosis tumoral) y aminas vasoactivas que ocasionan
grandes cambios en las células endoteliales de los vasos
sanguíneos contiguos14-16.
Otros autores han informado que el endotelio respondería
a la acción de citoquinas inflamatorias, alterando la
producción del ON, el que podría tener una acción vinculante
con la patogénesis chagásica15. Cada vez existen
más indicios que sugieren una mayor producción
vascular de especies reactivas del oxígeno. Esta forma
de estrés oxidativo vascular y las interacciones entre el
ON y los radicales derivados del oxígeno representan
un mecanismo patológico de señalización intracelular
responsables de la lesión vascular, produciendo excesivas
cantidades de especies reactivas del oxígeno (anión
superóxido), cualquiera sea el mecanismo original, y
provocada la alteración endotelial, aumentaría la reactividad
plaquetaria y la interacción plaqueta-célula endotelial,
produciéndose modificaciones en las proteínas
estructurales, disturbios bioquímicos en la transducción
de señales con cambios en la proliferación y función
celular y respuestas inflamatorias1.
Una vez establecida la lesión en la microcirculación,
la isquemia produciría miocitolisis, reemplazando el
tejido cardíaco por fibrosis. La agregación plaquetaria,
la microtrombosis y el contacto entre linfocitos y
células endoteliales contribuirían a la progresión de la
enfermedad.
La existencia de distintas alteraciones estructurales
y funcionales de la microvasculatura coronaria llevaría
a la isquemia y necrosis en focos, con posterior
reparación con inflamación y fibrosis. Los cambios
patológicos encontrados en la microvasculatura de los
pacientes con tripanosomiasis americana crónica han
sido comunicadas por diferentes autores en evidencias
provenientes de observaciones experimentales y clínicas.
Diversos trabajos demostrarían que los pacientes
con miocardiopatía chagásica crónica presentan anormalidades
en la vasomoción coronaria microvascular y
epicárdica por disfunción del endotelio vascular. Esta
alteración fue descrita entre otros por nuestro grupo,
con ecocardiografía Doppler braquial (Figura 1) y factor
de von Willebrand17,18; con perfusión miocárdica por el
grupo de Pérez Baliño de Argentina19; Acquatella de
Venezuela20 y Marín Neto de Brasil, mediante la realización
del test de acetilcolina a pacientes chagásicos
en diferentes estadios21.
Figura 1. Medición con transductor de 7,5 MHz el diámetro y flujo de la arteria humeral.
Considerándose anormal respuestas del diámetro de la arteria inferiores al 10% del basal.
Todas estas evidencias sugieren que las alteraciones
miocárdicas ocurren por una necrosis progresiva iniciada
y perpetuada por alteraciones en la microcirculación
miocárdica. En modelos animales, por ejemplo, es constante
la presencia de edema endotelial, perivasculitis,
microaneurismas y trombos plaquetarios o de fibrina en
el interior vascular. En estos modelos se han observado
distintas alteraciones funcionales de la microvasculatura,
como aumento del tono vascular y estimulación de
la agregación plaquetaria (Tanowitz y col.)22. El factor
de von Willebrand es una proteína producida por la
célula endotelial y los megacariocitos. Está presente
en el plasma, plaquetas y endotelio vascular, formando
uniones entre el colágeno del subendotelio y las glicoproteínas
de las plaquetas.
El endotelio, ante alteraciones funcionales como las
descriptas anteriormente, ponen en juego los mecanismos
de tromborresistencia, interviniendo entre
otros factores el de von Willebrand, el cual resulta un
marcador de perturbación endotelial, pudiendo permitir
el aumento del mismo, la detección anticipada de este
fenómeno23.
Durante el desarrollo de diversas enfermedades entre
las cuales se encuentra la enfermedad chagásica, se
producen agresiones severas en el endotelio vascular,
los que están relacionados con el incremento en sangre
de determinadas sustancias, consideradas como marcadores.
La trombomodulina sería uno de ellos, sus elevados
niveles plasmáticos pudieran ser un indicador del desarrollo de alteraciones estructurales y funcionales
en el endotelio vascular.
Celermajer y colaboradores han utilizado la ultrasonografía
braquial como método diagnóstico de lesión
endotelial en diversas enfermedades, tales como la aterosclerosis,
en factores de riesgo cardiovasculares y en
otros procesos en los cuales la función endotelial está perturbada, con excelente sensibilidad, especificidad y
valor predictivo24-26.
Nuestro grupo utilizó un ecocardiógrafo marca General
Electric Logic 400 MA, midiéndose con transductor
de 7,5 MHz el diámetro y flujo de la arteria humeral
basal y post isquemia por compresión, para evaluar la
respuesta endotelio dependiente y con la administración
de nitroglicerina para determinar la reacción endotelio
independiente. Considerándose anormal respuestas
del diámetro de la arteria inferiores al 10% del basal
(Figura 1).
En el primer trabajo de autoría de nuestro grupo17, se
estudiaron 84 pacientes con serología positiva para
enfermedad de Chagas, edad promedio de 42 años,
con estudios cardiológicos normales versus 45 sujetos
sanos con edad promedio de 41 años. A ambos grupos
se les realizaron estudios de señales promediadas (PVT:
potenciales ventriculares tardíos) (Figura 2), estudios
de la variabilidad de la frecuencia cardíaca por sistema
Holter de 24 horas (VFC) y ultrasonografía de la arteria
humeral para función endotelial (EE), teniendo como
objetivos describir la frecuencia de alteraciones en un
conjunto de pruebas diagnósticas no invasivas de lesiones
miocárdicas, autonómicas y de función endotelial
en pacientes con enfermedad de Chagas crónico sin
patología demostrada, respecto de sujetos controles
no chagásicos, y estimar la probabilidad combinada
de positividad entre las pruebas y evaluar la fuerza
de asociación y la concordancia entre ellas. La mayor
asociación se halló entre VFC y EE (rS=0,76 en muestra
total; rS=0,72 en pacientes chagásicos), con el mayor
coeficiente de concordancia.
Figura 2. Estudios de señales promediadas (PVT: potenciales ventriculares tardíos).
La segunda investigación de nuestro grupo18 tuvo como
objetivos explorar la asociación entre eco-Doppler braquial
(DB) y factor von Willebrand (FVW) -marcadores
posibles de perturbación endotelial- en pacientes con
enfermedad de Chagas y sujetos controles. Incorporándose
en este estudio transversal 51 pacientes chagásicos,
33 en período crónico sin patología demostrada, grupo
A: 18 mujeres, 15 hombres entre 28 a 39 años promedio
35; 18 con cardiopatía, grupo B (Clasificación según
el Consejo de Enfermedad de Chagas y Cardiopatías
Infecciosas de la Sociedad Argentina de Cardiología)9:
8 mujeres, 10 hombres entre 37 a 45 años (promedio
41,5) y 12 controles: 6 hombres y 6 mujeres edades
entre 30 a 45 años (promedio 38 años). Concluyendo
que el FVW se asocia significativamente con alteración
DB tanto en pacientes chagásicos en período crónico
sin patología demostrada como en los con cardiopatía
(grupo B).
El grupo de Pérez Baliño19 evaluó por métodos radioisotópicos
la presencia de disfunción endotelial, utilizando
el test de frio, evidenciando que la respuesta vasomotora
arterial coronaria es vasodilatadora y equiparable a la
de la acetilcolina. La mayor frecuencia de isquemia
evocada con el test de frio sugirió una vasorreactividad
alterada. Con posterioridad se compararon los resultados con la respuesta coronaria mediante angiografía
basal y post acetilcolina, concluyendo que la disfunción
endotelial en estos pacientes puede ser evaluada con el
test de la acetilcolina en forma invasiva y con SPECT
a través del test de frio no invasivo.
Harry Acquatella e Igor Palacios20 llegaron a la misma
conclusión, evaluando la respuesta del endotelio dependiente
mediante la acetilcolina y la no dependiente
mediante adenosina, y evidenciaron empeoramiento
de la vasodilatación endotelio dependiente en un 41%
tras la acetilcolina.
Los estudios de Marín Neto mostraron anormalidades
de la perfusión reversibles indicadores de isquemia en
la microvasculatura21.
Estas alteraciones llevan a la fibrosis y a su vez ocasionan
diferentes complicaciones en el paciente chagásico.
Nuestro grupo realizó rehabilitación cardíaca27 en treinta
pacientes chagásicos con resultados satisfactorios,
mejorando la capacidad funcional y la calidad de vida.
Esto podría explicarse por la acción del ejercicio, que
al producir mayor liberación de ON mejora la función
endotelial alterada y aumento del flujo coronario a
través de la microvasculatura.
Las alteraciones, ya sean eléctricas mínimas o de irrigación
cardíaca, son los suficientemente precoces y
anticipatorios de daños crecientes que adquieren una
jerarquía clínica relevante, si se planifican esquemas
terapéuticos que ubiquen a estos signos como herramientas
para el seguimiento evolutivo cuantitativo.
Trastornos inducidos por la respuesta inmune del
huésped
El 95% de los individuos infectados por el Trypanosoma
cruzi, con manifestaciones disautonómicas de diferente
naturaleza, presentan en la circulación sanguínea un
anticuerpo con actividad inmuno-reactiva contra los
receptores muscarínicos (M2) ubicados en las aurículas
y ventrículos de los humanos y también de diversas
especies animales. Estos anticuerpos tienen a su vez
una actividad de tipo farmacológica agonista sobre el
mismo receptor, que es bloqueada por su antagonista:
la atropina28,30.
Entre los individuos con presencia de esa clase de
anticuerpos, un 50% presenta signos evidentes de disautonomía31.
Esto es consistente con que para que los
anticuerpos alcancen a regular hacia la baja la actividad
parasimpática se requiere de un proceso. Durante el
mismo se produce un lento y progresivo bloqueo de los
receptores muscarínicos, dando lugar a las manifestaciones
disautonómicas29,30. La fuerte asociación entre
anticuerpos anti M2 y las alteraciones funcionales en el
SNA torna relevantes los estudios sobre su evolución
en el curso de la infección.
Teoría neurológica
Estudios histológicos han evidenciado disminución de
la población neuronal parasimpática. Las manifestaciones del SNA alteradas son detectadas actualmente
mediante maniobras posturales, estudios de variabilidad
de la frecuencia, dispersión del QT (Figura 3) y anticuerpos
antirreceptores. La sintomatología se evidencia
por bradicardia e hipotensión31-33.
Figura 3. Análisis de la dispersión del QT.
Debemos resaltar que los infectados considerados “sanos
o normales”, en tanto inexpresivos signo y sintomáticamente
hasta donde se los estudiaba, muestran que la
situación no es todo lo silenciosa que se enunciaba. Es
creciente el número de publicaciones que dan cuenta
de diferentes anormalidades incipientes en el funcionamiento
miocárdico y su irrigación. Esto evidencia la
necesidad de amplificar la búsqueda de signos precoces.
Las publicaciones sobre defectos de perfusión coronaria
en los infectados por el Trypanosoma cruzi, sin
ninguna otra manifestación de alteración funcional, o
las evidencias con igual alcance de los trastornos de la
dispersión del QT o las alteraciones en la VFC, indican
que se debe ser más incisivo y minucioso en el estudio
de los pacientes. Esto no es trivial desde que un alerta
precoz y acciones para incidir en ello podrían modificar
el pronóstico sin ser necesariamente acompañada solo
con medidas antiparasitarias. Los defectos de perfusión
están asociados a disfunción endotelial y los mencionados
trastornos electromiocárdicos se los ha vinculado,
significativamente, a un incremento de los anticuerpos
contra receptores muscarínicos31-33.
La posibilidad de impulsar tratamientos para la disfunción
endotelial como para el secuestro de los anticuerpos
por antirreceptores a neurotransmisores debería de
formar parte de una estrategia de prevención de daños
más avanzados para la funcionalidad cardíaca.
En concreto, esto se está practicando para la miocardiopatía
idiopática dilatada. Es importante destacar que los
migrantes a EEUU, a Europa o a las grandes ciudades
no se pueden reinfectar. La reinfección ha sido descripta
como un factor incentivador de las lesiones.
El Chagas agudo (tratamiento parasiticida) y el crónico
con patología (tratamiento sintomático) tienen
terapéuticas y soluciones que conllevan tanto a la cura
o al tratamiento sintomático de las complicaciones,
quedando por dilucidar la atención y el tratamiento del
grupo más numeroso de afectados como son los crónicos
sin patología demostrada, ya que todavía se ignora
que motiva o gatilla pasar de un miocardio estable a
otro inestable, que desencadenará la miocardiopatía
chagásica crónica con sus complicaciones: arritmias,
insuficiencia cardíaca y muerte súbita.
Nuestro grupo de investigación desarrolló un score de
desenlace clínico (Mitelman-Giménez)34, no para determinar
muerte súbita, sino para evaluar con herramientas
diagnósticas ya validadas un conjunto de factores de
riesgo asociados que permitirían detectar pacientes críticos
que desarrollaran complicaciones, posibilitando la
utilización de nuevas estrategias terapéuticas (Tabla 1).
Los pacientes pueden ser evaluados con otros procedimientos
equiparables dependiendo de la complejidad
del centro asistencial (Tabla 2).
Tabla 1. Score de riesgo para enfermedad de Chagas (Mitelman-Giménez)
Tabla 2. Score de riesgo para enfermedad de Chagas
(Mitelman-Giménez)
El tratamiento con benznidazol en pacientes con miocardiopatia
chagásica establecida redujo significativamente
la detección sérica del parásito, pero no los
eventos clínicos a 5 años35. La posibilidad de impulsar
tratamientos para la disfunción endotelial como para
el secuestro de los anticuerpos por antirreceptores a neurotransmisores debería de formar parte de una estrategia
de prevención de daños más avanzados para la
funcionalidad cardíaca. Los inhibidores de la enzima
convertidora de la angiotensina como grupo ofrecen
un efecto beneficioso sobre la dilatación mediada por
flujo, lo cual evidenciaría una mejora de la respuesta
endotelial36,37. También puede plantearse la utilización
de estatinas, pues son fármacos eficaces para prevenir
enfermedades cardiovasculares, por sus propiedades
antiinflamatorias e inmunomoduladoras38,39.
También otros autores han propuesto el uso de terapéutica
antiplaquetaria y vasodilatadora para valorar el
efecto sobre los disturbios microvasculares40.
El ejercicio incrementa el flujo sanguíneo a los músculos
y se ha demostrado la mejoría en la función
endotelial vasodilatadora y vasorrelajación a través
del incremento en la liberación de ON41. Atento a este
hecho nuestro grupo indica rehabilitación a pacientes
en los cuales se constata lesión endotelial.
Deseamos concluir con el reporte de la Reunión de
Expertos OPS/TDR 2007-Bs. As. Argentina (Organización
Panamericana de la Salud/Special Programme
for Research & Training in Tropical Diseases [TDR]
of World Health Organization [WHO]): la ausencia de cambios electrocardiográficos, descartaría la cardiomiopatía
chagásica crónica en la mayoría de los casos con
infección crónica (buena especificidad). No obstante
el uso de otras herramientas diagnósticas revelarían
hallazgos anormales en aproximadamente el 20 a 30%
de los pacientes asintomático con ECG normal. Esta
tasa de anormalidades de magnitud similar a la de los
pacientes que desarrollan enfermedad clínica representa
un desafío al valor de la clasificación convencional42.
El Dr. Janis K. Lazdins-Helds (Londres el 17 de marzo
2017) ha expresado: “Hoy vemos como el financiamiento
y la coordinación de la investigación en la enfermedad
de Chagas son sesgados hacia el descubrimiento
y tratamiento antiparasitario, indudablemente muy
importante; sin embargo por este mismo énfasis, también
estamos comenzando a aprender que quizás los
paradigmas en los cuales estas actividades se basan
no son tan sólidos como creemos. Tal vez es el momento
de preguntarnos si hacer más de lo mismo es el
camino a seguir, particularmente cuando el precio que
estamos pagando es la pérdida del relevo generacional
de investigadores que podrían contribuir a entender la
enfermedad de Chagas desde la perspectiva holística
que ésta requiere y así poder lograr un mundo sin esta
enfermedad”.
Conclusión
Creemos que la persistencia del parásito en el organismo infectado no sería el único mecanismo que tendría un papel determinado en el desarrollo de la patogénesis de la enfermedad y consecuentemente incluso un tratamiento etiológico exitoso no sería capaz de evitar el desarrollo de lesiones terminales caracterizadas por esta enfermedad. Por lo tanto, el tratamiento podría incluir el objetivo de proteger al miocardio a través de las estatinas, los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina y antagonistas de los receptores de la angiotensina de acuerdo con la etapa de la enfermedad. La cardiomiopatía chagásica constituiría un modelo de cardiomiopatía vascular no isquémica de origen parasitario que requeriría la acción combinada de fármacos inmunomoduladores, antiinflamatorios y antiparasitarios, atenuando la lesión endotelial y antifibrótica, dependiendo del estadio de la enfermedad.
Recursos financieros
Los autores no recibieron ningún apoyo económico para la investigación.
Conflicto de intereses
Los autores declararon no tener conflicto de intereses.
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