ARTICULO DE OPINION
Chagas infinita
Francisco José Sosa1
1 Doctor en Medicina. Ex Director del Doctorado Estructurado en Medicina y ex integrante del Consejo de Maestros. Facultad de Medicina. Universidad
Nacional de Tucumán. San Miguel de Tucumán. Tucumán. República Argentina.
Ex integrante de la Academia de Ciencias de la Salud de Tucumán.
Ex Profesor Asociado de la IIIª Cátedra de Patología y Clínica Médicas. Facultad de Medicina. Universidad Nacional de Tucumán. San Miguel de Tucumán.
Tucumán. República Argentina.
Ex Jefe de Departamento de Clínica Médica “Hospital Padilla”. Especializado en Cardiología. Medicina Interna. Facultad de Medicina. Universidad
Nacional de Tucumán. San Miguel de Tucumán. Tucumán. República Argentina.
Miembro Honorario de la Sociedad de Cardiología de Tucumán. Federación Argentina de Cardiología.
Correspondencia: Dr. Francisco José Sosa.
Av. Mate de Luna 2388. CP: 4000. San Miguel de Tucumán. Tucumán. República Argentina.
E-mail: fliasosa@tucbbs.com.ar
Recibido: 01/08/2018
Aceptado: 10/10/2018
Resumen
Se realiza una exposición sintética de diferentes factores involucrados en la temática de la enfermedad de Chagas, desde su presunto punto de origen, en base a informaciones que retrotraen a épocas remotas, hecho que se oculta en la bruma de los tiempos y en la historia de la humanidad, se rememora el posterior descubrimiento genial de la tripanosomiasis americana realizado por Carlos Chagas y plasma un escueto análisis sobre la misma en la actualidad, algunas consideraciones estadísticas en especial y proyectar un pensamiento sobre la ansiada búsqueda de un punto final en la existencia de la mencionada enfermedad, ya que pareciera perderse en el futuro infinito de los tiempos.
Palabas clave: Enfermedad de Chagas; Infección chagásica; Estadísticas; Migraciones humanas; Urbanización
Summary
Infinite Chagas’ disease
A synthetic exposition of different factors involved in the theme of Chagas disease is made, from its presumed point of origin, based on information that goes back to remote times, a fact that is hidden in the haze of time and in the history of humanity, recalls the subsequent great discovery of American trypanosomiasis made by Carlos Chagas and expresses a brief analysis about it today, some statistical considerations in particular and projecting a thought about the longed-for search for an end point in the existence of the mentioned disease, since it seems to be lost in the infinite future of the times.
Keywords: Chagas’ disease; Chagasic infection; Statistics; Human migration; Urbanization
Resumo
Doença de Chagas infinita
Realiza-se uma exposição sintética de diferentes fatores envolvidos no tema da doença de Chagas é realizada, a partir de seu suposto ponto de origem, baseado em informações que remontam a tempos remotos, fato oculto na neblina do tempo e na história, da humanidade, recorda a posterior grande descoberta da tripanossomíase americana por Carlos Chagas e captura uma breve análise dela hoje, algumas considerações estatísticas em particular e projetar um pensamento sobre a tão ansiada pesquisa por um ponto final na existência da doença acima mencionada, uma vez que parece estar perdida no infinito futuro do tempo.
Palavras-chave: Doença de Chagas; Infecção chagásica; Estatística; Migração humana; Urbanização
Introducción
No se debe ignorar que todo tiene su comienzo, todo tiene
su final; pero si bien existieron hechos de los que se poseen
referencias que acontecieron alguna vez, aún no se pudo
establecer su punto germinal, perdiendo sus pasos en lo
más recóndito de la historia de la humanidad y de los que
se ignora cuál será su hora terminal, impresionando que
su existencia se proyecta al infinito, a la eternidad.
Significativo hecho, la enfermedad de Chagas, de la que
se conocen datos que se remontan a la antigüedad, dispersos,
rescatados mediante investigaciones y que aún
parecen ser insuficientes para obtener mayor claridad en
su punto original.
Puede decirse hasta el presente que la ciencia se encargo
de capturar, de la bruma del pasado, datos que indicarían
su presencia en la tierra desde hace aproximadamente unos
2.500 años de antigüedad. Al respecto, existen informes
que expresan lo siguiente: ”se ha demostrado signología
chagásica en momias de 2.500 años de antigüedad exhumadas
en la Quebrada de Tarapacá, en el norte de Chile”1.
Otras informaciones nos mencionan que su existencia se
remontaría a 4.000 años de antigüedad: “Chagas: detectan
signos en momias peruanas. Londres (Reuter). Investigadores
encontraron evidencias de un parásito mortal
en momias peruanas de hace 4.000 años. Los resultados
indican que el mal de Chagas apareció en la región mucho
antes de lo que se calculaba”2.
No obstante lo expresado, hay informes que refieren
evidencias de que su existencia vendría desde hace 9.000
años: “Un descubrimiento reciente indica que el mal de
Chagas está instalado desde hace muchos años en el mapa
epidemiológico de América Latina: un grupo de científicos
dirigidos por Arthur C. Aufderheide, de la Universidad de
Medicina de Minnesota, Estados Unidos, halló evidencia
de que la enfermedad había infectado a personas que
vivieron en la cordillera de los Andes hace 9.000 años”3.
Sin embargo, la participación del hombre en la cadena
epidemiológica se inicia cuando éste invade o modifica
el ambiente silvestre4, generando de este modo, sin
haberse dado cuenta quizás, la introducción en el seno
de su existencia un enemigo mortal, incorporando en su
hogar el vehículo principal de la enfermedad de Chagas: “la vinchuca”.
Las referencias apuntan que en América: el Triatoma infestans
es conocido desde el siglo XVI, pero la endemia se
dispersa solamente después de las ’conquistas’ hispanoportuguesas,
con el desplazamiento de poblaciones,
la apertura de nuevas y múltiples fronteras agrícolas,
acentuación del desequilibrio social, etc.5.
Desarrollo
En el mundo nada es estático, todo cambia, nada se detiene,
corren los tiempos, fluyen constantemente los hechos,
se modifica la naturaleza y en su seno, los seres que se
albergan, dando cumplimiento a ciclos de vida que la
misma les imprime, se encuentran en constante evolución
y en ella el hombre escribe su propia historia, en base a
sus experiencias y a la luz que le marca su inteligencia.
De este modo, con genialidad, Carlos Chagas (1907)
marcó su impronta histórica, hito en la medicina de todos
los tiempos, constituyó un caso único en los anales de
la investigación en patología humana, ya que identificó primero el agente causal y después la enfermedad que hoy
lleva su nombre6.
Más tarde, Salvador Mazza, quien tuvo la oportunidad
de conocer en 1918 a Carlos Chagas, en el transcurso de
la “2da Conferencia de la Sociedad Sudamericana de
Higiene, Microbiología y Parasitología” en el Instituto “Oswaldo Cruz” de Manguinhos, Brasil, prosiguió el
camino histórico sobre la investigación de la misma y
reafirmó la existencia de la enfermedad que había descubierto
Chagas, accionando durante el lapso de 20 años
(desde 1926 hasta 1946) al frente de la Misión de Estudios
de Patología Regional Argentina (MEPRA), habiendo logrado
reunir 1.400 casos de trypanosomiasis americana;
mil cien de los mismos con presencia directa de parásitos
en la sangre7.
Desde aquel entonces y hasta el presente se realizaron
innumerables: proyectos, trabajos científicos, congresos
locales, nacionales, internacionales y mundiales. Se elaboraron
informes de investigación científica, epidemiológicos,
con características similares a las referidas, de
difusión y de variada índole sobre la patología chagásica.
En los tiempos actuales, pareciera que se ha llegado a un
estado estanco de logros (a pesar de los esfuerzos puesto
por la ciencia, sin claudicar) que nos pudieran acercar más
a las aspiraciones de poner punto final a tan nefasta enfermedad,
tal cual sucedió con la viruela y otras patologías
que afectaron a la humanidad.
Informes estadísticos
Si nos remitimos a los informes estadísticos sobre la enfermedad
de Chagas en la República Argentina, se puede sostener
que los mismos no son convincentes8. No se dispone
de una base de datos confiables como consecuencia de:
- Sub registros.
- Desconocimiento de cifras puntuales de infectados por Trypanosoma cruzi.
- Cálculos obtenidos por inferencias estadísticas, que
no muestran la realidad.
- Tampoco se tiene la magnitud de lo que sucede en naciones
de otros continentes, receptoras de migraciones
de latinoamericanos que provienen de pueblos en donde
la enfermedad de Chagas posee gran endemicidad.
Es necesario reflexionar, que una cosa es la visión que
se puede tener sobre la enfermedad de Chagas desde instituciones
oficiales, y otra es, la que puede ser obtenida
desde los escritorios de investigación en los que tan solo
se manejan datos estadísticos, tal vez sesgados y donde
probablemente se capten solamente consecuencias y no
causas inmediatas del proceso y, quizás, otra sea la situación
más objetiva: la vivencia obtenida en la “trinchera” en contacto directo con el paciente afectado, lugar donde
se puede percibir causa y efecto, acción y consecuencias
de tan funesta enfermedad.
Una mirada retrospectiva en relación de lo manifestado,
muestra lo que expresan las siguientes líneas: se calcula
que un veinticinco por ciento de los 484 millones de habitantes
de América Latina9, están en riesgo de contraer
la infección por el Trypanosoma cruzi, agente causal de
la enfermedad de Chagas, que es transmitido por insectos
hematófagos del género triatoma.
Estudios de prevalencia epidemiológica adelantados en
la década de 1980-90, mostraron que existen en el continente
americano 16 millones de personas infectadas por
el parásito y que cerca de un 25% de ellas desarrollarán
lesiones cardíacas crónicas y digestivas irreversibles (Álvaro
Moncayo: United Nations, Demografic Year Book
1996, New Cork, p. 131)10,11.
Hasta no hace muchos años se mencionaba que esta enfermedad
estaba difundida geográficamente desde el sur
de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) hasta el
sur la República Argentina y se consideraban expuestas a
contraer la infección aproximadamente 90.000.000 de personas
(el 25% de la población) de las cuales habrían estado
infectadas entre 16.000.000 a 18.000.000 (1991-1994).
Teniendo en cuenta estudios realizados en Brasil, se
aceptaba que en el 30% de la población comprometida
por la infección chagásica, se manifestaría clínicamente
la enfermedad (4,8-5,4 millones)12,13.
Se mencionaba que la tripanosomiasis americana significaba
un grave problema de salud en 17 países latinoamericanos14
con una distribución de los triatominos transmisores
desde el paralelo 40º N a 45º S, con las posibilidades del
desarrollo de formas agudas o crónicas de la enfermedad
en especial, entre el estado de Arizona en EEUU y la
Patagonia argentina15.
Se aludía que en esas áreas, con excepción de las grandes
capitales en zonas céntricas o lugares residenciales
de niveles socioculturales elevados y en las poblaciones
ubicadas en puntos geográficos de gran altitud, por encima
de los 3.700 metros de altura sobre el nivel del mar, los
habitantes se encontraban expuestos en forma permanente
al riesgo de contraer la enfermedad.
Tales hechos no coinciden totalmente con la realidad;
ya que, se podría decir que ni aún los habitantes de los
mencionados centros urbanizados, medios residenciales
de acomodados niveles económicos y sociocultural serían
libres de contraer la infección por Trypanosoma cruzi,
debido a que no es necesario entrar en contacto directo
con el vector natural. Se la puede adquirir por otras vías
de transmisión como ser: transplacentaria, manipulación
de sangre contaminada con el agente causal al trabajar
en laboratorio, transfusiones sin control parasitario, vía
digestiva y también mediante trasplantes de órganos conteniendo
formas de leishmanias del parásito productor de
la enfermedad16.
En agosto de 2005 se recibió información en el foro
de Chagas de la Federación Argentina de Cardiología
(chagas-pcvc@fac.org.ar), transcribiéndose textualmente
el siguiente párrafo: “Los más de 50 testimonios de enfermos,
médicos, investigadores y funcionarios, recogidos en
cinco provincias argentinas, así como en Bélgica, Suiza,
Francia y Estados Unidos, donde residen inmigrantes
latinoamericanos que padecen el mal” y que, más adelante,
menciona: “Datos de la Organización Mundial de la
Salud indican que hay 20 millones de personas afectadas,
principalmente en América Latina”.
Sin embargo, en una información recibida desde el mismo
Foro de Chagas, con posterioridad, al respecto, se puede
leer textualmente “Los datos analizados en 1991 tenían
cifras muy diferentes sobre prevalencia en bancos de
sangre y áreas endémicas, como también los niveles de
infestación. Todo esto ha cambiado mucho en los últimos
10 años en la mayoría de los países. Por tal motivo estimo
que debemos estar con prevalencia más bajas que los
12 millones” (Dra. Graciela Russomando Álvarez: Jefe
del Programa Nacional de control de la Enfermedad de
Chagas. SENEPA-MSP y BS. Jefe del Dpto. de Biología
Molecular. Instituto de Investigaciones en Ciencias de la
Salud-UNA. Asunción-Paraguay). Para <chagas-pcvc@
fac.org.ar>. Enviado el lunes, 19 de diciembre de 2005
18:38. Asunto Chagas-PCVC cifras de infectados).
A casi 20 años de la muerte del Dr. Salvador Mazza
(7/11/1946), en el país existía plena conciencia de la
gravedad que representaba la enfermedad de Chagas en
toda el área de dispersión del T infestans, significando
su control, un importante problema sanitario de difícil
solución17. Se estimaba que entre el paralelo 22º y el
44º de latitud Sur, la cordillera de los Andes y el litoral
fluvial y marítimo de la República Argentina, 17.000.000
de habitantes estaban expuestos a la infección chagásica.
De ese total, 2.000.000 se encontraban infectados, de
acuerdo a pruebas de Machado-Guerreiro y que 200.000
de los infectados presentaban cardiopatías que respondían
a etiología chagásica. Al parecer, menos del 10% de las
personas comprometidas mueren durante el primer episodio,
pero la infección puede persistir varias décadas en
los supervivientes y generar desde trastornos leves, los
que generalmente suelen pasar inadvertidos, hasta cuadros
de insuficiencia cardiaca y muerte súbita. Nada de esto se
sabía antes de 1909, ya que se ignoraba la enfermedad.
Es menester referir lo que aconteció en nuestro país antes y después de haber suprimido la obligatoriedad de
incorporación de los ciudadanos al servicio militar, ya que
técnicos de la sanidad militar, sobre un total aproximado
de 3.000 ciudadanos de la clase 1943, sometidos a examen
médico previo a la incorporación a las filas del ejército,
evidenciaron que el 20% presentaba infección chagásica,
y el 3% cardiopatía de la misma etiología con alteraciones
de conducción y del ritmo cardíaco registrados mediante
electrocardiogramas, además de presentar signos de lesión
irreversible en jóvenes de tan solo 20 años de edad,
procedentes de zonas donde la endemia expresaba su
máxima intensidad17.
Pero, a un tiempo no muy distante del presente, el 22 de
marzo de 2012 la prensa argentina dio a conocer lo siguiente:
el informe de la Auditoría General de la Nación (AGN)
advierte que la erradicación del mal de Chagas debería
haber sido prioridad desde 2007. La AGN advirtió que la
lucha para la erradicación total del mal de Chagas “debería
haber sido política prioritaria desde 2007” y afirmó que la producción en el país del medicamento contra la
enfermedad “no es suficiente” por los “serios problemas” que presenta el Programa Nacional de Chagas.
La enfermedad es la principal endemia en el país, donde
entre 1.600.000 y 2.000.000 de personas están infectadas,
mientras unas 7.000.000 permanecen en situación
de riesgo de contraer la afección, reportó la AGN en un
comunicado.
El organismo sostuvo que “resultaba alentador” el anuncio
del ministro de Salud, Juan Luis Manzur, sobre la
producción de benznidazol en el país para el tratamiento
de la enfermedad, pero advirtió que “debería haberse
encarado con anterioridad”.
“La producción del medicamento en el país constituye
un avance muy importante, pero no es suficiente para la
erradicación total de la enfermedad, ya que el Programa
Nacional de Chagas presenta serios problemas”, expresó el organismo.
Asimismo, manifestó que “varias opiniones vertidas” en el anuncio de la producción local del medicamento“responden a observaciones y recomendaciones del Informe
de la AGN sobre el Programa Nacional de Chagas
recientemente aprobado por el Colegio de Auditores”.
“De los dichos surge que la lucha por la erradicación
total del mal de Chagas, que debería haber sido política
prioritaria desde el año 2007 desde la aprobación de la ley
26.281, no fue asumida hasta la actualidad con la firmeza
requerida por la norma”, advirtió el informe.
La AGN expresó que indicador de ello “es la baja cantidad
de acciones de detección de infectados y los tratamientos
efectuados en el año 2009”.
En ese sentido, citó un informe de la auditoría que reportó que “el número de controles serológicos y de tratamientos
en la población infantil de 0 a 14 años es reducido: en
2009 se estudian 77.796 niños de distintas edades de ese
grupo etario”.
En los tiempos actuales, a pesar de la falta de datos fidedignos,
se tiene la siguiente información:
“Las últimas estimaciones de casos indican que en Argentina
habría 7.300.000 personas expuestas, 1.600.000
infectadas y más de 300.000 afectadas por cardiopatías de
origen chagásico. En base a cálculos estimados, cada año
nacen 1.300 niños infectados por transmisión congénita.
Cabe consignar que 9/10 niños tratados en fase aguda y
7/10 tratados en fase crónica se curan”.
No solo constituyen una permanente amenaza de afectar
a países de Latinoamérica, sino también, a otros países
del mundo como España, USA, Australia18-20 e incluso a:
Bélgica, Suiza y Francia21.
En el análisis de los hechos caben los siguientes interrogantes
sobre los afectados por la enfermedad de Chagas
en relación a las migraciones humanas:
- ¿Cuál es la masa móvil de migrantes desplazados de
zonas endémicas hacia diferentes centros urbanos tanto
del primer mundo como en el propio tercer mundo o
países en desarrollo?
- ¿Cuántos de los infectados por enfermedad de Chagas
registrados y no registrados migraron cualquiera sea
la causa, en estos últimos años?
- ¿Cuántas personas afectadas por la enfermedad de
Chagas fallecieron?
- ¿Cuántos nuevos infectados por la enfermedad existen
en la actualidad?
- ¿Cuántos infectados de larga data recientemente identificados
existen?
- ¿Qué grado de movilidad estadística (por decirlo en un
sentido de más clara comprensión) se fue produciendo
con el transcurso de los años?
- ¿Existen más infectados o menos infectados que antes?
Las precedentes incógnitas y otras que pudieran existir
significan un franco reto a la investigación epidemiológica
y estadística, en especial si se tiene en cuenta que la población
universal de infectados por Trypanosoma cruzi tiene
una variabilidad en sus cifras vinculadas a otros factores
que no sólo son simplemente números estáticos de una
determinada época; sino que, se sujetan a las condiciones
socioeconómicas de las personas, de vida y necesidades
de subsistencia. Muchos de los mismos debieron migrar.
Además las migraciones en sus diferentes formas sufrieron
aceleración en especial en los últimos años del siglo
anterior.
Urbanización de la enfermedad de Chagas
No solo las investigaciones de laboratorio, clínicas y terapéuticas,
sino también la educación, vivienda, control vectorial,
vigilancia entomológica y seguimiento del paciente
infectado chagásico son factores que se complementan en
forma casi extremadamente necesarias en procura de la
erradicación de esta temible enfermedad.
Al afectado por enfermedad de Chagas, se lo puede encontrar
como consecuencia de las citadas migraciones en
grandes centros urbanos y sin constituir una enfermedad
puramente de la pobreza, sino más bien, relacionadas a
otros hechos y circunstancias pertinentes de analizar en
su debido tiempo y forma.
En la provincia de Tucumán (Argentina) sobre la “urbanización
de la enfermedad de Chagas tras 17 años de seguimiento”,
se ha realizado un estudio sobre migraciones de
personas infectadas por la enfermedad en consideración
(1990-2006), observando el comportamiento de las mismas
y analizando las tendencias de su urbanización22.
En el mismo se comprobó el mantenimiento del ciclo
evolutivo urbano de la enfermedad de Chagas como consecuencia
de las migraciones humanas generadas por diversas
causas locales: cambios ecológicos, tala de bosque,
incremento de áreas de cultivo, aplicación de tecnologías
de punta en la explotación agropecuaria y el cierre de
fábricas azucareras. Los pobladores de campo desocupados,
incluyendo infectados chagásicos, procedieron a la
búsqueda de centros poblados en procura de oportunidades
de subsistencia, transportando consigo la enfermedad no
sólo hacia la ciudad capital de la provincia de Tucumán,
sino a otras provincias e incluso a otros países23,24.
En un mayor tiempo de rastreo de la urbanización de la
enfermedad de Chagas (1990-2009), se realizaron un
total de 42.350 estudios serológicos, obteniéndose 3.906
positivos de primera vez (+ 1ª vez). De estas serologías
positivas, 1.942 no correspondían a radicaciones en la
ciudad de San Miguel de Tucumán (Argentina).
Analizando las que correspondían a personas que sí lo
hicieron, encontramos un total de 1.215 migrados (del
interior de la provincia= 606, de otras provincias= 524 y
de otras naciones= 85), sin migración radicados en San
Miguel de Tucumán= 749 y un total de urbanizados de
1.964 (Figura 1)22.
Figura 1. Muestra sobre un total de 46.256 serologías realizadas en
el período 1990-2009 se han obtenido 3.906 resultados serológicos
positivos de 1ª vez: 606 migraciones intraprovincia (255 masculinos,
351 femeninos) (31%), 524 migraciones de otras provincias
argentinas (192 masculinos, 332 femeninos (27%), 85 migraciones
de otros países (Bolivia) (30 masculinos, 55 femeninos) (4%), 749
sin migración de radicados en la ciudad de San Miguel de Tucumán
(323 masculinos, 426 femeninos) (38%).
La muestra expuesta sólo representa lo acontecido en una
de las 23 provincias argentinas y con la urbanización en
su ciudad principal, San Miguel de Tucumán. Entonces
se presenta el interrogante respecto a las otras provincias
de cómo influyeron las migraciones y la urbanización de
la enfermedad en cada una de ellas.
Si se considera el soporte en el que sustenta la lucha antichagásica
hasta el presente, constituido por educación,
control vectorial y terapéutica medicamentosa, habrá que
observar:
1- Si la educación impartida es suficientemente alcanza
a todos los ámbitos del país ya que no parece ser un instrumento
aplicado en forma extensiva, especialmente, en
los ámbitos rurales donde la necesidad de su presencia es
mayor y que por lo general depende fundamentalmente
de decisiones políticas.
2- Si el control vectorial alcanza especialmente en los
puntos alejados del área territorial.
3- Si la disponibilidad de drogas e indicaciones de aplicación
cubren en totalidad los diferentes niveles etarios, lo
que deja un vacío en afectados crónicos por la mencionada
enfermedad.
4- Que hasta el presente los anhelos por la obtención de la
vacuna para la enfermedad en cuestión, resultó solamente
una ilusión.
5- No se lograron nuevas drogas que pudieran ser aplicables
en cualquier momento del estado evolutivo de la
enfermedad.
6- Los logros de obtención de vivienda digna para los
menos pudientes pareciera ser que cada vez se aleja más
de la realidad, sujeta a las condiciones políticas, sociales,
económicas y culturales dependientes del manejo de quienes
ejercen poderes de gobierno.
7- Ni que hablar de los relevamientos de registros estadísticos;
ya que al no ser fidedignos, carecen de credibilidad.
Incluso por el hecho de que en la faz asistencial muchas
veces pasa desapercibida, ni siquiera se piensa que el
paciente pudiera ser portador de la enfermedad.
Conclusión
En síntesis, con lo expresado hasta el presente, sin entrar
a filosofar, a un poco más de un siglo del descubrimiento
de la enfermedad de Chagas y a la altura de los avances
tecnológicos y científicos del siglo XXI, cabe el siguiente
interrogante: ¿No será menester pensar que habría que
mirar hacia el infinito de los tiempos esperando que algún
día se logre llegar hasta un tope finito y erradicar esta
nefasta enfermedad? ¿Quizás creer simplemente que “la
ciencia lo dirá o algún hecho fortuito circunstancial”?
Recursos financieros
El autor no recibió ningún apoyo económico para la investigación.
Conflicto de intereses
El autor declaró no tener conflicto de intereses.
1. Storino R, Milei J. Enfermedad de Chagas. Ed. Mosby-Doyma, Buenos Aires, 1994:2.
2. Chagas. Detectan Signos en Momias peruanas. La Gaceta de Tucumán 1997: 6.
3. Buikstra J. A 9,000-year record of Chagas’disease (Un registro de 9000-años de la enfermedad de Chagas). Academia Nacional de Ciencias, 2003.
4. OMS. Comité de Expertos. Informe de un Comité de Expertos. Control de la enfermedad de Chagas. Serie de Informes Técnicos. 811. Ginebra, 1991: 29.
5. Pinto Días JC. Situación actual de la Enfermedad de Chagas en las Américas. Actualización en la Enfermedad de Chagas. Simposio satélite, Córdoba, Noviembre 1992. Editores Madoery RJ, Madoery C, Camera MI. Buenos Aires: Impreso en Grafiquil, 1993:3.
6. Basso G, Basso R, Bibiloni A. Investigaciones sobre la enfermedad de Chagas-Mazza. Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1978: XI.
7. Sierra Iglesias JP. Salvador Mazza: su vida, su obra, re descubridor de la enfermedad de Chagas. Universidad Nacional de Jujuy. San Salvador de Jujuy 1990:221.
8. Jiménez L. Estimaciones. “Foro de Chagas”, viernes 11 de abril de 2008 3:27hs.
9. Jiménez L. Estimaciones Op, cit., “Foro de Chagas”, viernes 11 de abril de 2008,3:27.
10. Jiménez L. Estimaciones. Op, cit. “Foro de Chagas”, viernes 11 de abril de 2008 3:29.
11. Moncayo A. Primer Congreso Virtual de Cardiología (PCVC) de 1999-2000.
12. Durante de Isola E, González Cappa S. Vectores Transmisores: Triatominos, “Vinchucas”. En Enfermedad de Chagas. Storino R, Milei J. Mosby Doyma Argentina, 1994: 41.
13. OMS. Comité de Expertos. Informe de un Comité de Expertos. Control de la enfermedad de Chagas. Serie de Informes Técnicos. 811. Ginebra, 1991: 30.
14. OMS. Comité de Expertos. Control de la Enfermedad de Chagas. Serie de Informes Técnicos 811. Ginebra, 1991: 1.
15. Storino R, Milei J. Introducción. En Enfermedad de Chagas. Storino R, Milei J. Mosby Doyma Argentina, 1994:1.
16. OMS. Comité de Expertos. Control de la Enfermedad de Chagas. Serie de Informes Técnicos 811. Ginebra , 1991:33.
17. Niño FL. Pasado, Presente y Futuro de la Enfermedad de Chagas en la República Argentina. Segundas Jornadas En tomo epidemiológicas Argentinas, 1967; T II, : 80.
18. Arbós Daniel. La Noticia. la noticia http://www. diario médico. com/edición/noticia/0,2458, 583442, 00.html) (del Foro de Chagas).
19. Román V. Chagas. http://www.clarin.com/diario/2007/03/22/ Sociedad/s-03301.htm
20. Preve R. Chagas disease in Australia (Foro de Chagas) martes, 09 de octubre de 2007 3:44.
21. Del foro de enfermedad de Chagas Enviado viernes, 12 de agosto de 2005 21:52. Asunto Chagas PCVC Una cámara contra el mal de Chagas. (Cine-Argentina: Inter Press Service News Agency. Una cámara contra mal de Chagas. Valente M, http:// www.ipsnoticias.net/interna.asp?idnews=34762.
22. Sosa FJ. La urbanización de la enfermedad de Chagas: 20 años de seguimiento. 7º CVC.rar\7º CVC 2010: http://www.fac.org. ar/7cvc/llave/c002/sosafj.pdf.
23. Náquira C. Urbanización de la enfermedad de Chagas en el Perú: experiencias en su prevención y control. Rev Peru Med Exp Salud Pública 2014; 31(2):343-7.
24. Guhl F. Enfermedad de Chagas: Realidad y perspectivas. Rev Biomed 2009; 20:228-234.