ARTICULO DE ACTUALIZACION
El impacto de CoViD-19 en la
hipertensión arterial pulmonar
Raúl J. Bevacqua1, Sergio V. Perrone2
1 Médico cardiólogo. División Cardiología. Pabellón Inchauspe. Hospital General de Agudos “Dr. J. M. Ramos Mejía”. GCBA.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
2 Médico cardiólogo. Instituto FLENI. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
Hospital de Alta Complejidad en Red “EL Cruce” Néstor Kirchner. Florencio Varela. Buenos Aires. República Argentina.
Universidad Católica Argentina. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
Correspondencia: Dr. Raúl J. Bevacqua.
E-mail: raulbev@hotmail.com
Recibido: 10/05/2021
Aceptado: 14/08/2021
Resumen
La enfermedad por coronavirus 2019 (CoViD-19) está causada por el virus del síndrome respiratorio agudo
severo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2), siendo particularmente perjudicial para los pacientes con enfermedad
cardiovascular subyacente, y provocando una causa de morbilidad y mortalidad significativas en todo el mundo.
Este virus lleva a una neumopatía, al tiempo que causa lesiones agudas de miocardio y daño crónico al sistema
cardiovascular. Como consecuencia del daño del parénquima pulmonar y de la circulación pulmonar alterada, puede
desarrollarse hipertensión pulmonar (HP), con su respectiva consecuencia. La fisiopatología de este tipo de HP es
compleja y multifactorial, considerándose factores potenciales para las alteraciones de la circulación pulmonar.
En estudios recientes, la prevalencia evidenciada de HP en pacientes con CoViD-19 es de alrededor del 12%, pero
su evolución aún no está clara.
La pandemia de CoViD-19 ha tenido un impacto significativo en todos los aspectos de la HP, desde el diagnóstico y
manejo hasta la observación de un mayor riesgo de muerte en pacientes con hipertensión arterial pulmonar (HAP). En
una encuesta de 77 centros de atención médica integral de HAP, la incidencia de infección por CoViD-19 fue de 2,1
casos por cada 1000 pacientes con HAP, similar a la incidencia de infección por CoViD-19 en la población general.
Si bien, esta pandemia ha alterado el estándar de atención médica de rutina y de manejo agudo, particularmente, en
aquellos pacientes con HAP, los riesgos asociados con CoViD-19 son significativos, presentándose nuevos desafíos
en el cuidado de pacientes con HP. Dado que los pacientes con HAP han demostrado tener peores resultados en
el ámbito de esta pandemia, es esencial trabajar de manera proactiva para disminuir el riesgo de infección por
CoViD-19, mientras se continúa brindando un alto nivel de atención médica.
El impacto de CoViD-19 en la prestación de atención médica y en la sociedad en general requirió que se establecieran
nuevos protocolos para el tratamiento de HAP para disminuir el riesgo de exposición o transmisión de CoViD-19.
De manera similar, ha habido una disminución en las pruebas de pacientes estables. Actualmente, la forma en que
brindamos la atención médica se evidencia en un aumento de las visitas de telemedicina, una menor exposición a
los entornos de atención médica para los pacientes y los profesionales de la salud, ayudando a nuestra necesidad
continua de brindar servicios a los pacientes dentro del entorno de CoViD-19 y adaptándonos a una forma diferente
de interactuar, ampliando nuestra comprensión de la mejor manera de cuidar a nuestros pacientes.
Palabras clave: CoViD-19; SARS-CoV-2; Hipertensión pulmonar; Hipertensión arterial pulmonar; Hipertensión pulmonar tromboembólica crónica; Enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE-2); Telemedicina
Summary
The impact of CoViD-19 on pulmonary arterial hypertension
Coronavirus disease 2019 (CoViD-19) causes severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2), being
particularly harmful for patients with underlying cardiovascular disease, and causing a cause of significant morbidity
and mortality throughout the world. This virus leads to lung disease, while causing acute myocardial injury and chronic
damage to the cardiovascular system. As a consequence of the damage to the lung parenchyma and altered pulmonary
circulation, pulmonary hypertension (PH) can develop, with its respective consequence. The pathophysiology of this type
of PH is complex and multifactorial, considering potential factors for alterations in pulmonary circulation. In recent
studies, the evidenced prevalence of PH in patients with CoViD-19 is around 12%, but its evolution is not yet clear.
The CoViD-19 pandemic has had a significant impact on all aspects of PH, from diagnosis and management to observing
an increased risk of death in patients with pulmonary arterial hypertension (PAH). In a survey of 77 comprehensive PAH
healthcare centers, the incidence of CoViD-19 infection was 2.1 cases per 1,000 PAH patients, similar to the incidence
of CoViD-19 infection in the general population. Although this pandemic has altered the standard of routine medical
care and acute management, particularly in those patients with PAH, the risks associated with CoViD-19 are significant,
presenting new challenges in the care of patients with PH. Since PAH patients have been shown to have worse outcomes in
the setting of this pandemic, it is essential to work proactively to decrease the risk of CoViD-19 infection, while continuing
to provide a high level of medical care.
The impact of CoViD-19 on the provision of health care and on society in general required that new protocols be established
for the treatment of PAH to reduce the risk of exposure or transmission of CoViD-19. Similarly, there has been a decline
in stable patient testing. Currently, the way we provide healthcare is evidenced by an increase in telemedicine visits, less
exposure to healthcare settings for patients and healthcare professionals, aiding our continued need to provide services
to patients. patients within the CoViD-19 environment and adapting to a different way of interacting, broadening our
understanding of the best way to care for our patients.
Keywords: CoViD-19; SARS-CoV-2; Pulmonary hypertension; Pulmonary arterial hypertension; Chronic
thromboembolic pulmonary hypertension; Angiotensin converting enzyme 2 (ACE-2); Telemedicine
Resumo
O impacto do CoViD-19 na hipertensão arterial pulmonar
A doença coronavírus 2019 (CoViD-19) causa síndrome respiratória aguda grave coronavírus 2 (SARS-CoV-2), sendo
particularmente prejudicial para pacientes com doença cardiovascular subjacente e causando uma importante morbidade
e mortalidade em todo o mundo. Este vírus leva à doença pulmonar, enquanto causa lesão aguda do miocárdio e dano
crônico ao sistema cardiovascular. Como consequência do dano ao parênquima pulmonar e da circulação pulmonar
alterada, pode ocorrer hipertensão pulmonar (HP), com suas respectivas consequências. A fisiopatologia desse tipo de
HP é complexa e multifatorial, considerando fatores potenciais para alterações da circulação pulmonar. Em estudos
recentes, a prevalência de HP evidenciada em pacientes com CoViD-19 gira em torno de 12%, mas sua evolução ainda
não está clara.
A pandemia CoViD-19 teve um impacto significativo em todos os aspectos da HP, desde o diagnóstico e tratamento até a
observação de um risco aumentado de morte em pacientes com hipertensão arterial pulmonar (HAP). Em uma pesquisa
com 77 centros de saúde com HAP abrangentes, a incidência de infecção por CoViD-19 foi de 2,1 casos por 1.000
pacientes com HAP, semelhante à incidência de infecção por CoViD-19 na população em geral. Embora essa pandemia
tenha alterado o padrão de cuidados médicos de rotina e tratamento agudo, particularmente em pacientes com HAP, os
riscos associados ao CoViD-19 são significativos, apresentando novos desafios no cuidado de pacientes com HP. Como os
pacientes com HAP demonstraram ter resultados piores no cenário dessa pandemia, é essencial trabalhar proativamente
para diminuir o risco de infecção por CoViD-19, enquanto continua a fornecer um alto nível de cuidados médicos.
O impacto do CoViD-19 na prestação de cuidados de saúde e na sociedade em geral exigiu o estabelecimento de novos
protocolos para o tratamento da HAP para reduzir o risco de exposição ou transmissão do CoViD-19. Da mesma forma,
houve um declínio nos testes de pacientes estáveis. Atualmente, a forma como prestamos serviços de saúde é evidenciada
por um aumento nas visitas de telemedicina, menos exposição aos ambientes de saúde para pacientes e profissionais
de saúde, auxiliando nossa necessidade contínua de fornecer serviços aos pacientes. Pacientes dentro do ambiente
CoViD-19 e adaptando-se de uma maneira diferente de interagir, ampliando nosso entendimento sobre a melhor forma
de cuidar de nossos pacientes.
Palavras-chave: CoViD-19; SARS-CoV-2; Hipertensão pulmonar; Hipertensão arterial pulmonar; Hipertensão
pulmonar tromboembólica crônica; Enzima conversora de angiotensina 2 (ACE-2); Telemedicina
Introducción
La enfermedad del coronavirus-2019 (CoViD-19: coronavirus
disease of 2019) está causada por el virus del
síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARSCoV-
2: severe acute respiratory syndrome coronavirus
2), que se ha extendido mundialmente como una grave
pandemia1,2.
En diciembre de 2019, se identificó por primera vez en
la ciudad de Wuhan1, capital de la provincia de Hubei,
en la República Popular China, al reportarse casos de
un grupo de personas enfermas con un tipo de neumonía
desconocida. Los individuos afectados tenían vinculación
con trabajadores del Mercado Mayorista de Mariscos del
Sur de China de Wuhan3-5. A pesar de que avisos previos
prevenían sobre la necesidad de prepararse para nuevas
recombinaciones genéticas del los SARS-CoV y la posibilidad
de generar nuevos genotipos y brotes6, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) demoró las advertencias
sobre la detección del SARS-CoV-2 en humanos y recién
reconoció a CoViD-19 como una pandemia mundial el 11
de marzo de 20207.
Las características del SARS-CoV-2 que distinguen particularmente
esta enfermedad de la influenza son una tasa
de transmisión más alta combinada con un mayor riesgo
de mortalidad por CoViD-19, especialmente, debido al
síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA)1-3,8,9. Si
bien la principal causa de mortalidad por CoViD-19, particularmente
en adultos mayores y aquellos con sistemas
inmunes comprometidos, es la insuficiencia respiratoria;
una importante cantidad de pacientes manifiestan patologías
cardiovasculares, así como insuficiencia cardíaca congestiva
(ICC), accidentes cerebrovasculares, e inclusive
hipertensión arterial pulmonar (HAP)5,8-21. Además, esta
pandemia presenta muchos desafíos en lo que respecta a
los pacientes que padecen hipertensión pulmonar (HP), en
particular para aquellos pacientes con HAP e hipertensión
pulmonar tromboembólica crónica (HPTEC), corriendo
el riesgo de desarrollar una enfermedad más grave15-21.
Las infecciones virales dependen de la entrada celular del
virus que utiliza la maquinaria celular del huésped para
replicar múltiples copias virales, que posteriormente son
eliminadas por la célula huésped, diseminándose. Ahora se
sabe que los coronavirus, como el SARS-CoV-2 y el SARSCoV-1, usan la proteína huésped: enzima convertidora de
angiotensina 2 (ECA-2) como co-receptor para obtener la
entrada intracelular en los pulmones y el cerebro, así como
también para la replicación del mismo virus22-26.
ECA-2 es una peptidasa unida a la membrana con la
mayoría de la proteína que comprende el NH2-dominio
peptídico terminal que incluye el sitio catalítico orientado
extracelularmente22-24.
Contexto actual de la pandemia
Esta actualización destaca algunos de los problemas
que enfrentan los pacientes portadores de HAP durante
la evolución de esta pandemia de CoViD-19. Haciendo
hincapié en las mejores prácticas a seguir para orientar a
estos pacientes con HAP, basados la evidencia científica
sobre los pacientes infectados con CoViD-19. La presencia
de HP, ya sea preexistente o como resultado directo
de la lesión pulmonar que ocurre con la infección por
CoViD-19, como la presencia de miocardiopatía previa
o la que puede resultar de la infección por CoViD-19 u
otra comorbilidad relacionada con HP no perteneciente al
grupo 1 (Tabla 1)27, es probable que contribuya de manera
importante a incrementar la morbilidad y la mortalidad
asociadas con la infección por CoViD-19; si bien, los
pacientes con HAP deben ser evaluados en el contexto
de la gravedad de su enfermedad.
Tabla 1. Clasificación clínica actualizada de hipertensión
pulmonar 2018
La pandemia de CoViD-19 ha alterado la práctica médica
habitual, la consulta médica, la urgencia médica y las
emergencias; así como también, el tratamiento agudo de
los pacientes y en especial en los pacientes que padecen
HAP28-31. Actualmente, el aspecto más desafiante de la
atención continua de los pacientes con HAP es considerar
el “riesgo de exposición” para los pacientes que acuden
al centro médico o al hospital para seguimiento y nuevas
citas, incluidas las pruebas de laboratorio de rutina. Bien
es sabido, que todo paciente que ingresa en cualquier
centro médico por disnea, su primer diagnóstico será de
infección por CoViD-1932-39.
Se ha transformado en una costumbre realizar visitas por
video-llamadas para pacientes de bajo riesgo y ayudar a
determinar si los pacientes de riesgo intermedio y alto, así
como los que necesitan tratamiento activo, requieren una
evaluación presencial personalizada.
Actualización de los criterios de HAP
En 2018, en la ciudad de Niza (Francia) se realizó el VI
Simposio Mundial de Hipertensión Pulmonar, donde se
propusieron algunos cambios en la clasificación hemodinámica
y clínica de la HP (Tablas 1 y 2)27.
Tabla 2. Definiciones hemodinámicas de hipertensión pulmonar
Durante dicho simposio, la HP se redefinió como una presión
arterial pulmonar media (PAPm) >20 mm Hg y una
resistencia vascular pulmonar (RVP) ≥3 unidades Wood27.
Basado ello en que el valor normal medio de la PAPm
observado en datos publicados es de 14,0 ± 3,3 mm Hg40,
entonces 2 desviaciones estándar por encima este valor de
PAPm resulta en 20 mm Hg. Además, sumado al hecho
de que se han realizado múltiples estudios en diferentes
tipos clínicos de HP que documentaron pobres resultados
en pacientes con PAPm entre 20 y 25 mm Hg, se propuso
en dicho simposio redefinir HP como PAPm >20 mm Hg
en lugar de PAPm ≥25 mm Hg en reposo, medido por
cateterismo cardíaco derecho (CCD)27.
Sin embargo, la nueva definición no cambió los criterios
para el inicio de la terapia de HAP, porque la mayoría de
las evidencias se basaron en la definición previa41. La HAP
se denomina idiopática cuando no se identifican factores
causales, pero también puede ser hereditaria, inducida por
medicamentos o toxinas, o asociado con afecciones como enfermedad del tejido conectivo, cardiopatía congénita,
hipertensión portal e infección por virus de la inmunodeficiencia
humana27,41.
También se propuso el punto de corte de RVP ≥3 unidades
Wood para identificar el grupo de pacientes que ha combinado
HP precapilar y poscapilar, correspondiendo a una
presión de enclavamiento capilar pulmonar (wedge) >15
mm Hg y PAPm >20 mm Hg, siendo un prerrequisito para
clasificar cualquier tipo de HP poscapilar27.
Los pacientes portadores de HAP que responden a largo
plazo a los bloqueadores de los canales de calcio se introdujeron
como un grupo distinto dentro del Grupo 1, porque
se ha demostrado que tienen un pronóstico significativamente
mejor, un tratamiento único y una fisiopatología
diferente42-44. Estos pacientes se definen por un estrés
vasodilatador reactivo (una reducción de PAPm ≥10 mm
Hg para alcanzar un valor absoluto de PAPm ≤40 mm Hg
con un gasto cardíaco aumentado o sin cambios) y una
respuesta hemodinámica sostenida después de un año de
estar con este tipo de fármacos una clase funcional I/II
según NYHA (New York Heart Association)45,46.
La enfermedad venooclusiva pulmonar y la hemangiomatosis
capilar pulmonar se definieron como HAP con
características evidentes de afectación venosa/capilar
que se incluyeron en el Grupo 1 de la OMS, porque su
presentación clínica y perfil hemodinámica son similares
a la HP27.
Además, se actualizó el Grupo 4, o sea, la hipertensión
pulmonar tromboembólica crónica (HPTEC), ampliándose
para incluir otras etiologías de obstrucción de la arteria
pulmonar como la estenosis congénita de la arteria pulmonar
(síndrome de Alagille) y los tumores malignos y
no malignos27.
En el grupo del Grupo 5 de la OMS, la esplenectomía
y la enfermedad de la tiroides se eliminaron como un
subgrupo y se considera más un factor de riesgo de HP.
La linfangioleiomiomatosis se reclasificó como grupo 3
de la OMS porque casi todos los casos de HP en la linfangioleiomiomatosis
se asocian solo con HP leve pero con
enfermedad del parénquima pulmonar grave27.
Nuevos desafíos en el marco de la pandemia
En el marco de esta pandemia, la atención del paciente
con HAP es un nuevo desafío que requiere una evaluación
exhaustiva para realizar el diagnóstico diferencial
especialmente entre la HAP y los Grupos 2 y 3 (Tabla 1),
a fin de realizar un diagnóstico correcto antes de iniciar
las terapias específicas para la HAP. Este desafío incluye
también la posibilidad de realizar la atención médica
electiva, incluyendo visitas clínicas, exámenes físicos,
pruebas de función pulmonar, ecocardiografía, tomografía
computarizada, exploración de ventilación/perfusión
(V/Q) y CCD, en forma diferida para facilitar la dotación
de personal de salud, evitando una exposición inadecuada,
con el potencial contagio de CoViD-1915,27,47.
La pandemia de CoViD-19 representa un período de excepción
único en el que los profesionales deben tener que
calcular los riesgos de la exposición al CoViD-19 durante
procedimientos electivos como el CCD y los beneficios
de esta práctica para facilitar las terapias dirigidas al
tratamiento de HAP. El valor diagnóstico de realizar un
CCD electivo en pacientes con probable HAP se presenta
como una alternativa excepcional, debiéndose evaluar
correctamente la relación riesgo/beneficio que significa
en estas épocas su práctica, a menos que el paciente se
encuentre gravemente enfermo y/o se necesite realizar un
cambio terapéutico específico; o sea, no sería conveniente
la realización de estudios sólo con fines académicos. En los
pacientes estables sería conveniente postergar la práctica
invasiva hasta una fecha posterior15.
Las directrices de las Guías internacionales para la atención
de pacientes con HAP e HPTEC recomiendan visitas
clínicas regulares y pruebas diagnósticas frecuentes en los
centros de referencia48,49. Durante esta pandemia de Co-ViD-19, se recomendaron explorar alternativas a las visitas
personales y sugirieron reprogramar visitas y pruebas que
no sean urgentes50. De acuerdo con estas recomendaciones,
muchas instituciones dejaron temporalmente de realizar
estudios no urgentes51. Desafortunadamente, la interpretación
de “urgencia” presenta una amplia diversidad de
acepción, siendo muchas veces de elucidación incierta,
especialmente, en una enfermedad crónica grave como
la HAP o la HPTEC, y su aplicación a la atención de
rutina en estas poblaciones puede ser variable. Debido a
las frecuentes visitas a la clínica y al alto uso de pruebas y
procedimientos ambulatorios, es probable que los pacientes
con HAP o HPTEC se vean particularmente afectados
por la pandemia actual.
Si bien, muchos estudios han reportado la incidencia de
enfermedades específicas en asociación con el contagio de
CoViD-1914,52, no muchos se han centrado en la incidencia
de CoViD-19 entre los pacientes portadores de HAP o
HPTEC53. El grupo de estudio de Ryan y colaboradores
destacaron los desafíos encontrados durante el cuidado
de pacientes con HAP o HPTEC durante esta pandemia;
sin embargo, este reporte no proporcionó datos cuantitativos15.
Además, es bien conocida la falta de información de
algunas patologías específicas como las referidas a la HP.
Otro desafío para nuestra atención habitual de HAP
durante esta pandemia es el inicio de la terapia para
HAP en el hogar, con un sistema de atención médica
gestionado con llamadas telefónicas y telemedicina15, y
eventualmente, con vistas domiciliarias con los cuidados
y las restricciones actuales en los traslados y práctica de
distanciamiento social; aunque existe una menor disponibilidad
del profesional de salud. También, es viable la
realización de las consultas en un ámbito clínico/hospitalario
apropiado que funcione con claros protocolos de
prevención del contagio de pacientes y del personal de
salud a cargo, con una adecuada distribución de horarios
en consultas y procedimientos, evitando acumulación de
pacientes/familiares en salas de espera, con tiempos limitados
de consulta, elementos de protección personal, áreas
ventiladas, lavado de manos, etc. Aunque la telemedicina
ayudaría muchísimo a seleccionar pacientes en que esta
concurrencia a los centros médicos puede llegar a evitarse.
Actualmente, dispositivos personales permiten controlar
en forma remota variables clínicas como: frecuencia cardíaca,
saturación de O2, presión arterial, peso e incluso
auscultación del paciente, haciendo una telemedicina cada
día más eficiente.
Probablemente, el manejo de la HPTEC será similar a la
HAP durante la pandemia de CoViD-19, cuando la intervención
quirúrgica y la angioplastia pulmonar con balón
estarán menos disponibles de inmediato. En este entorno,
será importante coordinar y comunicar la atención con
los centros especializados para garantizar que se sigan
los patrones de triage adecuados y las mejores prácticas
disponibles15,47.
Lee y col.47 llevaron a cabo un estudio transversal basado
en una encuesta en 77 centros de atención médica integral
de pacientes con HAP e HPTEC, con una incidencia acumulada
y resultados positivos de CoViD-19. Los autores
encontraron que la incidencia de infección por CoViD-19
fue de 2,1 casos por cada 1000 pacientes con HAP, que
es similar a la incidencia de infección por CoViD-19 en
la población general. Sin embargo, los resultados fueron
peores, con una tasa de hospitalización del 50% y una tasa
de mortalidad del 12% en pacientes con HAP y HPTEC
afectados por CoViD-19. El hecho de que la incidencia
fuera mayor en los estados de mayor prevalencia parece
validar la conclusión de que la tasa es probablemente similar
a la de la población general. Este estudio proporciona
datos iniciales de CoViD-19 en la enfermedad vascular
pulmonar. Además, y como era de esperar, la encuesta
mostró que la pandemia causó un impacto sustancial en
la atención clínica de los pacientes con HAP y HPTEC.
Asimismo, el reporte de Yue y col.54 informó una incidencia
cualitativamente similar, aunque deberíamos contar
con más estudios para realizar una apreciación más exacta.
Si bien el número total de pacientes reconocidos como
portadores de CoViD-19 fue limitado, aquellos que fueron
reconocidos experimentaron altas tasas de hospitalización
y muerte55-58. Estos resultados parecen peores que los
informados para la población en general. La morbilidad
y la mortalidad fueron modestamente peores de lo que sugirió una investigación que especula que los pacientes
con HAP podrían tener un riesgo menor de lo esperado
de contraer CoViD-19 en forma severa53. En ese análisis
basado en una encuesta, encontraron que el 53% de los
pacientes con CoViD-19 reconocido fueron hospitalizados
y el 8% de los pacientes hospitalizados murieron. Aunque
los resultados del estudio de Lee y col.47 sugirieron
que menos pacientes requirieron hospitalización (30%),
una fracción mayor del número total de pacientes había
fallecido, aunque no se preguntó específicamente si las
muertes ocurrieron entre los pacientes que fueron hospitalizados53.
Lee y col. no encontraron evidencia de que la
HAP o la HPTEC podrían proteger contra la morbilidad
y la mortalidad frente a CoViD-19 en relación con la
población general. Dicho esto, nuevamente vale la pena
enfatizar que la falta de pruebas generalizadas hace que
estas estimaciones sean preliminares. Las tasas de letalidad
y hospitalización podrían ser sustancialmente diferentes si
se identificaran todos los casos de CoViD-19 en personas
con HAP o HPTEC o se reconocieran a todas las personas
que murieron con CoViD-1959.
El impacto total en la atención médica de los pacientes
con HAP o HPTEC fue sustancial, en contraste con el
porcentaje relativamente pequeño de pacientes que se
comunicaron con CoViD-19. En dicho estudio informaron
una gran disminución en las visitas a los centros médicos,
siendo mayor en las ciudades y estados con una alta
incidencia acumulada de CoViD-1947. Así también, se
evidenció una pronunciada disminución de los estudios y
pruebas programadas, y hasta en algunos centros el cese
de pruebas fue total47.
Queda pendiente evaluar los resultados longitudinales en
las comunidades de pacientes con HAP e y HPTEC para
evaluar el impacto de esta pandemia.
El estudio de Lee y col. presenta claras limitaciones
metodológicas, aparte de otros sesgos que presentan las
encuestas47. Además, los resultados de los pacientes con
HAP o HPTEC con CoViD-19 deben interpretarse con
cautela debido al pequeño número total de pacientes en
esta encuesta con CoViD-19 y las posibles inexactitudes
de una infección infradiagnosticada debido a la falta generalizada
de pruebas.
Mientras tanto, la práctica de medidas preventivas diligentes
como el uso de una máscara, el distanciamiento
social y el lavado frecuente de manos son claves para evitar
malos resultados en esta delicada población de pacientes.
Asimismo, se evidencia el cambio de hábito en la realización
de prescripciones médicas utilizando las redes
sociales.
CoViD-19 en pacientes con HAP
En el inicio de esta pandemia, se empezó a evidenciar que
los pacientes portadores de HAP presentaban un riesgo
bajo de producir CoViD-19 en forma severa; al menos,
no se observaban tantos pacientes con HAP padeciendo
CoViD-19, ni internándose por su causa53.
Dentro de las hipótesis que podrían explicar lo observado
se presentaron las siguientes:
1- Papel de las característica de la HAP
La vía del sistema renina-angiotensina está desregulada
en la HAP con niveles disminuidos de la ACE-2 y de
angiotensina-(1-7) [Ang-(1-7)] (Figura 1)8.
Figura 1. Representación esquemática del sistema renina-angiotensina
(SRA) intracelular cardíaco. El precursor angiotensinógeno
y la proteasa renina provienen tanto de la producción
local como de la circulación sistémica. La segunda convierte
al primero en angiotensina I (Ang-I), que posteriormente se
convierte en angiotensina II (Ang-II) por la enzima convertidora
de angiotensina dipeptidil carboxipeptidasa (ECA). La
ECA se expresa tanto en los miocitos cardíacos como en los
fibroblastos, al igual que la renina que facilita la síntesis local
de Ang-II. La síntesis de Ang-II tiene lugar en el espacio
intersticial y en el intracelular. La síntesis extracelular de
Ang-II depende generalmente de la pro-renina y de la ECA.
En miocitos cardíacos, la síntesis intracelular de Ang-II puede
ocurrir en el citoplasma, mediada por renina y quimasa, o en
vesículas secretoras. La Ang-II sintetizada en las vesículas
secretoras puede producirse o relocalizarse intracelularmente.
La vía de síntesis dependiente de quimasa es la predominante
en condiciones de hiperglucemia y resulta en un incremento
muy importante de la concentración de Ang-II intracelular, sin
afectar a la concentración intersticial. Los miocitos cardíacos
y los fibroblastos responden a condiciones de hiperglucemia
mediante la activación del SRA local. Aunque la respuesta
de los miocitos cardíacos resulta en un fuerte aumento de
la Ang-II intracelular, los fibroblastos contribuyen tanto a la
Ang-II intracelular como extracelular. La síntesis de la Ang-II
intracelular en los miocitos cardíacos es dependiente tanto de
la renina como de la quimasa, mientras que en los fibroblastos
es catalizada por la renina y por la ECA. La Ang-II intracelular
causa hipertrofia celular e incremento de la expresión génica en
miocitos cardíacos y provoca en los fibroblastos: síntesis de colágeno
y expresión del factor de crecimiento transformante-beta
(TGF-beta: transforming growth factor-beta). La Ang-II se une al receptor A Ang-II tipo 1 (AT1) para estimular la inflamación,
la fibrosis, el estrés oxidativo y un aumento de la presión arterial.
Ang-II se metaboliza a Ang-III y Ang IV a través de varias
aminopeptidasas (AP). La Ang-I y la Ang-II se convierten en la angiotensina-(1-7) [Ang-(1-7)] a través de endopeptidasas (NEP) y la
monocarboxipeptidasa ECA-2, respectivamente. La Ang-(1-7) se une al receptor Mas (Mas-R) para ejercer acciones antiinflamatorias y
antifibróticas, estimular la liberación de óxido nítrico y reducir la presión arterial. La Ang-(1-7) se metaboliza a Ang-(1-5) por la ECA.
ECA: enzima convertidora de angiotensina. ECA-2: enzima convertidora de angiotensina 2. NEP: neprilisina o endopeptidasa neutra. PEP:
prolil endopeptidasa. TOP: thimet oligopeptidasa. APA: aminopeptidasa A. APN: aminopeptidasa N. PreProR: preprorrenina. ProR: pro-renina. AT4: receptor de angiotensina tipo 4. AT1: receptor de angiotensina tipo 1. AT2: receptor de angiotensina tipo 2. Mas: receptor de
Ang-(1-7). CarbP: carboxipeptidasa. PO: prolil-oligopeptidasa. CAGE: Chymostatin-sensitive Ang-II Generating Enzyme. t-PA: activador
tisular del plasminógeno (Tissular Plasminogen Activator).
El SARS-CoV-2 ingresa a las células humanas a través
de la unión al receptor ACE-2, que se expresa en diversas
células pulmonares, incluidas las células alveolares
de tipo II, macrófagos, células endoteliales, de músculo
liso y pericitos (células perivasculares en relación con
capilares) (Figura 2)8.
Figura 2. Representación esquemática del sistema reninaangiotensina
que muestra el mecanismo de acción de los
inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina
(IECA) y de los bloqueantes del receptor a la angiotensina
II (BRA), y el mecanismo infeccioso de SARS-CoV-2 a
través de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA-2).
La renina convierte al angiotensinógeno en angiotensina I
(Ang-I), que posteriormente se convierte en angiotensina II
(Ang-II) por la ECA. La Ang-II se convierten en Ang-(1-7)
a través de la ECA-2. La Ang-(1-7) se une al receptor Mas
(Mas-R) para ejercer acciones antiinflamatorias, antifibróticas,
antiproliferación, vasodilatadoras, estimula la liberación
de óxido nítrico y reduce la presión arterial. El SARS-CoV-2
se une a la ECA-2 para estimular la internalización de ambos,
eliminando la ECA-2 de esta vía.
La internalización de ECA-2 por el SARS-CoV-2 provoca
la pérdida de ECA-2 en la superficie celular y anula
una vía clave para que la célula degrade angiotensina II
(Ang-II) y genere Ang-(1-7) (potente efecto protector
cardiovascular) (Figura 3)8.
Figura 3. Acciones fisiológicas de la angiotensina-(1-7) sobre miocardio,
vasos sanguíneos, sistema nervioso central y riñón.
La reducción de ACE-2 en la HAP podría afectar la entrada
del virus. Sin embargo, niveles más altos de Ang-II podrían
conducir a una peor lesión e inflamación pulmonar.
2- Papel de las diferentes terapias contra la HAP
Otro mecanismo hipotético importante es el de las diferentes
terapias contra la HAP, principalmente, los antagonistas
del receptor de endotelina (ARE) y los potenciadores
de la vía del óxido nítrico (ON): los inhibidores de la
fosfodiesterasa tipo 5 (iPDE-5) y los estimuladores de
guanilato ciclasa soluble (GCS). Los ARE bloquean la
regulación a la baja de la ACE-2 por la endotelina-1 (ET-1) e inhiben la vasoconstricción inducida por Ang-II y la
lesión pulmonar. Las terapias dirigidas a la HAP también
pueden tener efectos antiinflamatorios y antitrombóticos.
Se ha demostrado que el ON inhalado tiene un efecto antimicrobiano;
sin embargo, no está claro si otras terapias
que aumentan la señalización a lo largo del eje ON tienen
el mismo efecto. Por último, las terapias para la HAP
son vasodilatadores pulmonares y podrían empeorar el
desajuste entre la ventilación y la perfusión en la lesión
pulmonar por CoViD-19.
También se ha especulado que los ARE podrían modular
la respuesta del cuerpo al CoViD-19 (similar a la terapia
dirigida); sin embargo, ningún centro inició o detuvo los
ARE en respuesta a esta pandemia60.
3- Papel de la respuesta inmune por CoViD-19
El sistema inmunológico juega un papel en la patogenia
de la HAP con un aumento de mastocitos perivasculares,
macrófagos, células dendríticas y células T y podría
modular la replicación viral y/o la respuesta deletérea de
citocinas inducida por el SARS-CoV-2.
El desarrollo de anticuerpos anti-SARS-CoV-2 es muy relevante
tanto para proteger la vasculatura pulmonar contra
la replicación o expansión viral en el huésped infectado
como para proporcionar una fuente de plasma convaleciente
anti-SARS-CoV-2 para tratar pacientes en etapa
severa de la enfermedad. Si bien faltan datos para evaluar
su eficacia, existen estudios que lo avalan61. El endotelio alterado en pacientes con HAP con arterias remodeladas
y la respuesta inmunológica al CoViD-19 podrían limitar
la replicación viral y suprimir la respuesta deletérea de
citocinas inducida por el SARS-CoV-221.
4- Papel de la mayor toma de consciencia y
cuidados contra el CoViD-19
Los pacientes con HAP son una población de riesgo de
contraer CoViD-19 y de generar una forma severa de la enfermedad.
Además, al tomar consciencia de su enfermedad
y sus respectivos cuidados y terapias, son una población
acostumbrada a los cuidados y prevenciones y con riesgo
de morir. Al darse cuenta de padecer una enfermedad discapacitante,
este grupo de pacientes conocen y valoran la
calidad de vida, no escatimando esfuerzos a fin de prevenir
el contagio de CoViD-1962. Asociado a esto, también
conocen de programas relacionados a una mejor calidad
de vida. Todos estos cuidados y tomas de consciencia de
enfermedad aumentan las precauciones y profilaxis que se
realizan con el fin de no contagiarse CoViD-19.
Algunas de estas hipótesis fueron planteadas por los
hallazgos de la autopsia de SARS-CoV-2 que infectan
las células endoteliales asociándose con lesión vascular,
trombosis e inflamación63,64. Esto probablemente se deba
al hecho de que la infección se asocia con complicaciones
cardiovasculares, como síndrome coronario agudo, paro
cardíaco, miocarditis, miocardiopatía, tromboembolismo
venoso, HP y SDRA, entre otros65.
Además de las características fisiopatológicas de la endotelitis
producida en CoViD-19, se sabe que la ACE-2
está regulada negativamente en la HAP66,67. De hecho,
en estudios experimentales con ratones (knockout) con
inactivación de ACE-2 tienen niveles más bajos de SARSCoV23.
La Ang-II, que contribuye a la lesión e inflamación
pulmonar, es convertida en Ang-(1-7) por ACE-268. La
Ang-(1-7) tiene propiedades antiinflamatorias y vasodilatadoras
(Figura 3). La regulación al alza de la Ang-II
y los niveles bajos de Ang-(1-7) en CoViD-19 podrían
conducir a un aumento de la vasoconstricción pulmonar
y la desregulación de los mecanismos vasoconstrictores
hipóxicos. Se demostró que la ACE-2 recombinante, la
sobreexpresión pulmonar de ACE-2 y el uso de activadores de ACE-2 de molécula pequeña atenúan la
HAP a través del aumento de la producción de
Ang-(1-7)67. Aún no está claro si la reducción de
ACE-2 en la HAP es protectora o podría promover
la lesión pulmonar en CoViD-19. Dada la tendencia
del SARS-CoV-2 a infectar el endotelio63,69; también
se propuso que el endotelio anormal en las arterias
remodeladas de los pacientes con HAP y el paisaje
celular inmunológico podrían limitar la replicación
viral y suprimir la respuesta deletérea de citocinas
inducida por el SARS-CoV-2. Otra hipótesis es que
quizás las terapias dirigidas a la HAP podrían tener
efectos protectores contra CoViD-19, al mejorar la
función endotelial y la falta de coincidencia entre la
ventilación y la perfusión. Los estudios han demostrado
una interrelación entre el sistema de endotelina
y el sistema renina-angiotensina. De hecho, la ET-1
puede regular a la baja la expresión de ACE-2 en
las células epiteliales pulmonares, mientras que los
ARE inhiben la vasoconstricción inducida por Ang-II y la lesión pulmonar70,71. Otros estudios mostraron
que la Ang-(1-7) atenúa las acciones de la ET-1
sobre las células endoteliales, principalmente la
inflamación y el crecimiento72. La ET-1 está regulada
al alza en la HAP, y los ARE, que se utilizan con
frecuencia para tratar la HAP, podrían ser beneficiosos
en el tratamiento de la lesión pulmonar por
CoViD-19. La mejora de la vía del ON a través de
iPDE-5 ó GCS es otra vía terapéutica comúnmente
utilizada dirigida a la HAP. Durante el brote de
SARS de 2003, se demostró que el ON inhalado tiene actividad antiviral contra el coronavirus. El ON
inhalado revirtió la HP, mejoró la hipoxia severa y
acortó la duración del soporte ventilatorio en comparación
con los pacientes de control emparejados
con SARS-CoV73. In vitro, los estudios demostraron
que los dadores de ON aumentaron la tasa de
supervivencia de las células eucariotas infectadas
con el SARS-CoV, lo que sugiere efectos antivirales
directos del ON74,75. Recientemente, el ON inhalado
mediante un sistema de administración portátil se
utilizó en forma domiciliaria para tratar pacientes
con HAP idiopática vasorreactiva que desarrollaron neumonía por CoViD-1976. Además de la vasodilatación, el
ON inhalado tiene otras propiedades deseables tales como
broncodilatación, efectos antiinflamatorios, antitrombóticos
y actividad microbicida. De hecho, varios ensayos
clínicos están estudiando al ON inhalado para prevenir o
tratar CoViD-1977. Por otro lado, los pacientes con HAP
tienen la función cardiopulmonar comprometida, lo que
podría aumentar su riesgo de muerte si se infectan con el
SARS-CoV-278. Además, recientemente se propuso que
la hipoxemia severa por CoViD-19 se debe a la ausencia
de vasoconstricción pulmonar hipóxica, lo que lleva a un
desajuste severo entre la ventilación y la perfusión, en
cuyo caso los vasodilatadores pulmonares podrían ser
deletéreos79.
Teniendo en cuenta la diversidad de hipótesis razonables,
pero opuestas, sobre el riesgo de CoViD-19 en pacientes
con HAP, se necesitan más estudios para dilucidar estos
mecanismos fisiopatológicos.
Conclusiones
La pandemia de CoViD-19 ha tenido un impacto significativo
en todos los aspectos de la HP, desde el diagnóstico y
manejo hasta la observación de un mayor riesgo de muerte
en pacientes con HAP. Además, debido a la naturaleza
vulnerable de esta población, la pandemia ha impactado
la forma misma en que se brinda la atención en la HP.
Los riesgos asociados con CoViD-19 en pacientes con
HP son significativos.
Dado que los pacientes con HAP han demostrado tener
peores resultados en el ámbito de esta pandemia, es
esencial trabajar de manera proactiva para disminuir el
riesgo de infección por CoViD-19, mientras se continúa
brindando un alto nivel de atención de la HAP.
Con el brote de CoViD-19, se hizo necesario revisar la
forma en que los pacientes reciben atención para disminuir
el riesgo de contraer el virus. Se adoptaron programas
para equilibrar el riesgo de exposición con el beneficio
de la evaluación.
Una correcta evaluación y control de la HP requiere
pruebas exhaustivas, tanto en la evaluación inicial como
durante las visitas de seguimiento. La pandemia requirió
que los programas establecieran protocolos para el tratamiento
de HAP para disminuir el riesgo de exposición o
transmisión de CoViD-19. De manera similar, ha habido
una disminución en las pruebas de pacientes estables, si
bien, no todos los pacientes con HP necesitarían, indiscutiblemente,
la realización de un CCD, el análisis de la
relación riesgo/beneficio de la realización de éste y otros
estudios debe ser adecuadamente balanceada de acuerdo a
la evolución clínica del paciente, tratando de seleccionar el
momento y lugar de realización del/de los mismos para su
realización. Con este fin, los centros de HP estratificaron
a los pacientes con respecto a la necesidad de CCD en
función de la probabilidad previa a la prueba de HAP del
Grupo 1 y el perfil de riesgo de los pacientes nuevos o que
regresan que requieren un aumento de la terapia de HAP.
Quedan aún varios interrogantes y conductas a seguir, entre
ellos: para los pacientes estables con alta probabilidad
de tener HP de los grupos 2 y 3, vale la pena considerar
si las evaluaciones electivas de pacientes nuevos y la realización
de un CCD pueden posponerse debido a la falta
de terapias establecidas para estos estados patológicos
en la actualidad, dada la escasez de turnos para estudios
programados.
El impacto de CoViD-19 en la prestación de atención
médica y en la sociedad en general se sentirá en los
próximos años. Dentro del campo de la HP, ha habido un
cambio radical en la prestación de atención y los patrones
de práctica han cambiado con nuevos estándares que
probablemente deberían haberse introducido hace años.
Actualmente, la forma en que brindamos la atención
médica se evidencia en un aumento de las visitas de
telemedicina, una menor exposición a los entornos de
atención médica para los pacientes y los profesionales de
la salud, ayudando a nuestra necesidad continua de brindar
servicios a los pacientes dentro del entorno de CoViD-19
y adaptándonos a una forma diferente de interactuar,
ampliando nuestra comprensión de la mejor manera de
cuidar a nuestros pacientes.
Recursos financieros
Los autores no recibieron ningún apoyo económico para
realizar este artículo.
Conflicto de intereses
Los autores declararon no tener conflicto de intereses.
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