ARTICULO DE REVISION
Rol de los péptidos natriuréticos
en insuficiencia cardíaca
El fino equilibrio entre la medicina de precisión
y la optimización de los recursos
Sergio J. Baratta1, Andrés Nicolás Atamañuk2, José Carlos Santucci3, Sergio V. Perrone4
1 Médico cardiólogo. Jefe de Cardiología no Invasiva. Hospital Universitario Austral. Pilar Centro. Provincia de Buenos Aires. República Argentina.
2 Médico cardiólogo. Jefe de Insuficiencia Cardíaca e Hipertensión Pulmonar. Hospital Universitario Austral. Pilar Centro.
Provincia de Buenos Aires. República Argentina.
Responsable del Grupo Multidisciplinario de Hipertensión Pulmonar. Área de Insuficiencia Cardíaca. Hospital Juan A. Fernández-GCBA.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
Docente de Fisiología Cardiovascular y Respiratoria. II Cátedra de Fisiología. Facultad de Medicina. Universidad de Buenos Aires.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
3 Médico cardiólogo. Servicio de Insuficiencia Cardíaca e Hipertensión Pulmonar. Hospital Universitario Austral. Pilar Centro.
Provincia de Buenos Aires. República Argentina.
4 Médico cardiólogo. Instituto FLENI. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
Hospital de Alta Complejidad en Red “EL Cruce” Néstor Kirchner. Florencio Varela. Buenos Aires. República Argentina.
Universidad Católica Argentina. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
Correspondencia: Dr. Andrés Nicolás Atamañuk.
Av. Juan Domingo Perón 1500 (CP:1629). Pilar. Buenos Aires. República Argentina Departamento de Insuficiencia Cardíaca e Hipertensión Pulmonar del
Hospital Universitario Austral. Tel.: (0230) 4482183
Email: aatamanu@cas.austral.edu.ar
Recibido: 29/05/2021
Aceptado: 20/07/2021
Resumen
La insuficiencia cardíaca constituye la fase final de la mayoría de las patologías cardiovasculares. Si bien el
interrogatorio, el conocimiento de los antecedentes personales y familiares del paciente, sumados al examen
físico detallado, contribuyen en sobremanera al diagnóstico; muchas veces el diagnóstico diferencial del síndrome
de insuficiencia cardíaca no nos permite diferenciar entre los cuadros compensados de aquellos portadores de
insuficiencia cardíaca en las primeras fases de la descompensación o nos llevan a la duda entre diagnósticos
diferenciales.
La falta de disponibilidad de camas de hospitalización, problemas de cobertura médica o incluso problemas
sociales o psicológicos, obligan muchas veces a la determinación de altas precoces con el riesgo presente de
descompensaciones e internaciones reiteradas.
Evitar descompensaciones frecuentes es el trabajo silencioso que debe realizar el médico para tratar de detectar
precozmente con la finalidad de enlentecer o detener el progreso de la enfermedad cardiovascular, evitando estudios
e internaciones costosas. Entre el armamento necesario para cumplir con esta finalidad se encuentra el dosaje de
péptidos natriuréticos.
La presente revisión trata de resumir los datos disponibles que valoran el control de los niveles de péptidos
natriuréticos en nuestra asistencia de los pacientes con insuficiencia cardíaca.
Palabras clave: Insuficiencia cardíaca; Descompensación; Péptidos natriuréticos; Diagnóstico; Evolución; Control de niveles sanguíneos
Summary
Role of natriuretic peptides in heart failure:
The fine balance between precision medicine and the optimization of resources
Heart failure constitutes the final stage of most cardiovascular diseases. Although the questioning, the knowledge
of the patient’s personal and family history, added to the detailed physical examination, greatly contribute to the
diagnosis; Many times the differential diagnosis of heart failure syndrome does not allow us to differentiate between
the compensated conditions of those with heart failure in the early stages of decompensation or leads us to doubt
between differential diagnoses.
The lack of availability of hospital beds, problems of medical coverage or even social or psychological problems, often
force the determination of early discharges with the present risk of decompensation and repeated hospitalizations.
Avoiding frequent decompensations is the silent work that the physician must do to try to detect it early in order to
slow down or stop the progress of cardiovascular disease, avoiding expensive studies and hospitalizations. Among
the weapons necessary to fulfill this purpose is the dosage of natriuretic peptides.
This review attempts to summarize the available data that assess the control of natriuretic peptide levels in our care
of patients with heart failure.
Keywords: Heart failure; Decompensation; Natriuretic peptides; Diagnosis; Evolution; Control of blood levels
Resumo
Papel dos peptídeos natriuréticos na insuficiência cardíaca:
O equilíbrio perfeito entre medicina de precisão e a otimização de recursos
A insuficiência cardíaca constitui o estágio final da maioria das doenças cardiovasculares. Apesar do questionamento,
o conhecimento da história pessoal e familiar do paciente, somado ao exame físico detalhado, contribuem muito para o
diagnóstico; Muitas vezes, o diagnóstico diferencial da síndrome da insuficiência cardíaca não nos permite diferenciar
as condições compensadas dos portadores de insuficiência cardíaca nos estágios iniciais de descompensação ou nos
leva à dúvida entre os diagnósticos diferenciais.
A falta de disponibilidade de leitos hospitalares, problemas de cobertura médica ou mesmo problemas sociais
ou psicológicos, muitas vezes obrigam à determinação de altas precoces com o risco atual de descompensação e
hospitalizações repetidas.
Evitar descompensações frequentes é o trabalho silencioso que o médico deve fazer para tentar detectá-la precocemente,
a fim de retardar ou interromper o progresso das doenças cardiovasculares, evitando estudos e internações dispendiosas.
Entre as armas necessárias para cumprir esse propósito está a dosagem de peptídeos natriuréticos.
Esta revisão tenta resumir os dados disponíveis que avaliam o controle dos níveis de peptídeo natriurético em nosso
tratamento de pacientes com insuficiência cardíaca.
Palavras-chave: Insuficiência cardíaca; Descompensação; Peptídeos natriuréticos; Diagnóstico; Evolução; Controle
dos níveis sanguíneos
Introducción
La insuficiencia cardíaca (IC) es una enfermedad crónica,
progresiva, altamente prevalente y representa un síndrome
clínico con muchos aspectos de valoración subjetiva, los
cuales plantean un dilema diagnóstico y terapéutico. A
pesar de la contundente evidencia sobre el beneficio del
tratamiento farmacológico de la insuficiencia cardíaca
con fracción de eyección reducida (ICFEr), en la vida
real la tasa de cumplimiento es subóptima. Esta realidad
está relacionada con múltiples causas, pero la ausencia
o subutilización de parámetros objetivos representa una
situación de gran relevancia clínica, sobre todo teniendo
en cuenta el contexto actual caracterizado por la limitación
de las consultas presenciales, seguimientos insuficientes, la
falta de disponibilidad de métodos complementarios y la
coexistencia con enfermedades confundidoras1.
La búsqueda de parámetros objetivos que mejoren la precisión
en la toma decisiones clínicas es un desafío constante
de la medicina. En este sentido, los biomarcadores como los
péptidos natriuréticos (PN) representan un recurso objetivo,
complementario, medible y reproducible, con un valor importante
en el diagnóstico y pronóstico de una enfermedad
como la IC, acarreando una morbimortalidad elevada2.
La presencia de valores normales de PN en un paciente
con disnea o alto riesgo de desarrollo de IC no sólo hace
improbable el diagnóstico de IC, sino que evita la realización
de estudios complementarios innecesarios y orientan
al profesional a la búsqueda de otras causas3.
Los dos biomarcadores más estudiados en la IC son el NT-proBNP (N-terminal pro-brain natriuretic peptide:
propéptido natriurético cerebral N-terminal) y el BNP
(brain natriuretic peptide: péptido natriurético cerebral).
El rol de los PN en la IC ha sido evidenciado en diferentes
estudios clínicos controlados aleatorizados y en varios
metaanálisis4.
Aunque esta aproximación en el manejo de la IC que
impresiona clara y sencilla, presenta una amplia variación
inter-observador. En este aspecto y resaltando la importancia
de una medicina de precisión, el objetivo de la presente
revisión es brindar un enfoque clínico y fisiopatológico de
la IC asociado al dosaje de PN, que permita un abordaje
diagnóstico y terapéutico de la IC con el objetivo de mejorar
tanto la calidad de vida como la supervivencia de los
pacientes y disminuir la tasa de re internaciones.
¿Cuál es la evidencia científica para el uso de
PN en IC?
Valor pronóstico
El dosaje de NT-proBNP tiene valor pronóstico independiente,
lo cual incrementa la predicción de eventos en adición
a los parámetros clínicos, mejorando la estratificación
de riesgo en los pacientes con IC aguda y crónica. Asimismo,
comparado con el BNP, resulta ser significativamente
superior en la predicción combinada de morbimortalidad
u hospitalización por IC5.
En una revisión sistematizada, Santaguida y col. observaron
que el nivel de NT-proBNP elevado al ingreso se asoció a
un aumento de la mortalidad global en pacientes hospitalizados
por IC6.
Un metaanálisis, publicado por Savarese y col., analizó el
riesgo de hospitalización por IC en pacientes con ICFEr
y demostró una asociación significativa entre los niveles
séricos de los PN y su variación, con las hospitalizaciones
y el desarrollo de IC7.
Así mismo un trabajo, publicado por Salah y col., evaluó en
pacientes con IC descompensada en sala de emergencia la
capacidad aditiva del dosaje de NT-proBNP en la predicción
de eventos a mediano plazo en un modelo que incorporó
parámetros clínicos y de laboratorio. El nivel del PN mejoró
la predicción de mortalidad a 180 días sumado a los
parámetros clínicos, incrementando el área bajo la curva
de 0,71 a 0,78, p<0,018.
Corolario
Es importante subrayar que un dosaje bajo de PN, expresaría
un alto valor predictivo negativo para el diagnóstico de
IC congestiva. En cambio, cuando están incrementados, si
bien pueden correlacionar con un aumento de la presión de
fin de diástole del ventrículo izquierdo, es importante tener
en cuenta que su secreción no es exclusiva del ventrículo
izquierdo, por lo cual, en este aspecto la interpretación
y el valor agregado del dosaje de los PN requerirá una
integración con otras variables clínicas.
Rol de los PN en IC con fracción de eyección
preservada
Los PN han mostrado inhibir el sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) suprimiendo la vasoconstricción
mediada por la angiotensina II, la reabsorción de sodio
(túbulo proximal) y la secreción de aldosterona, endotelina
y renina. A diferencia de la ICFEr, en la cual el rol tanto
fisiopatológico como de diana terapéutica del SRAA está
bien establecido, en la insuficiencia cardíaca con fracción
de eyección preservada (ICFEp) no ha sido aun dilucidado.
A su vez, el papel de los PN tanto en el seguimiento terapéutico
como en el pronóstico de esta última subpoblación
de pacientes continúa siendo controversial.
La deficiencia en el conocimiento sobre el impacto que
estos dos sistemas hormonales (SRAA y PN) antagónicos
tienen sobre la ICFEp puede estar relacionado a la heterogeneidad
de etiologías y fisiopatologías que engloban a
la misma. Varios estudios coinciden en que tanto el BNP
como el NT-proBNP conservan su utilidad diagnóstica
(aunque con menor sensibilidad y especificidad) en el
contexto de la IC aguda independientemente de la fracción
de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI). Sin embargo,
hay factores que pueden impactar en sus niveles y deberían
ser considerados a la hora de interpretar correctamente a
los PN como son: arritmias, cardioversión eléctrica reciente,
miocarditis, síndromes coronarios agudos, edad, insuficiencia
renal, embolia pulmonar y sepsis, etc. (Tabla 1)9.
TABLA 1. Enfermedades caracterizadas por alterar las
concentraciones de péptidos natriuréticos comparados con
individuos normales
La función renal está estrechamente relacionada con los
PN, por lo tanto en la insuficiencia renal crónica (IRC), sus
niveles tienden a estar elevados hasta un valor >200 pg/ml, aún en ausencia de signos clínicos de IC; por lo tanto,
para el diagnóstico de IC en pacientes con IRC, se sugieren
niveles de NT-proBNP >1200 pg/ml. En pacientes >75
años, se ha demostrado una caída del valor predictivo de
los PN de 0,95 a 0,82 pg/ml. En esta subpoblación para
establecer el diagnóstico de IC, se exige un punto de corte
más elevado de NT-proBNP con un valor >1800 pg/ml
(Tabla 2)10.
Tabla 2. Puntos de corte de los NT-proBNP en insuficiencia
cardíaca aguda según el grupo etario
Otra población en los cuales los PN pueden agregar
confusión al diagnóstico de IC son los pacientes con obesidad
y síndrome metabólico. En individuos con ambas
condiciones y/o diabetes, las concentraciones plasmáticas
de PN pueden declinar progresivamente y se postula que
uno de los mecanismos involucrados es la abundancia
de receptores del péptido natriurético tipo C (RPN-C)
en el tejido adiposo inducido por la hiperinsulinemia lo
cual podría aumentar el aclaramiento plasmático de los
mismos11-18. Los pacientes obesos exigen puntos de corte
más bajos de aproximadamente el 50% del valor que en
la población no obesa.
Por otro lado, la concentración de neprilisina en adipocitos
de pacientes obesos también es alta, lo que deriva
en una rápida degradación de los PN. En la población
no obesa para establecer el diagnóstico de IC, se utilizan
punto de corte de NT-proBNP >300 pg/ml; sin embargo
en pacientes obesos, no hay un punto de corte establecido
en la literatura19.
Corolario
Si bien los PN resultan muy útiles en la ICFEr, la utilidad
en pacientes con ICFEp podría ser de utilidad, pero siempre
se debe tener en consideración que el nivel de PN debe
siempre ser apreciado en el contexto clínico del paciente,
teniendo en cuenta todas sus comorbilidades.
Sospecha de IC en el Servicio de Emergencias
En un estudio de Santaguida y col. sobre el diagnóstico
etiológico de la disnea en guardia, la utilización de BNP (n:
1586) demostró el diferente valor de los PN para diferenciar
la disnea debida a IC, de aquellos pacientes con disfunción
ventricular sin IC o con disnea de otra etiología. Para el
diagnóstico de IC, los criterios de Framingham tuvieron un
área ROC de 0,75, la cual se incrementó a 0,91 al agregar
la utilización del biomarcador20.
El estudio PRIDE (n: 599) demostró una utilidad del NTproBNP
similar al BNP21. El punto de corte >900 pg/ml
Tabla 2. Puntos de corte de los NT-proBNP en insuficiencia
cardíaca aguda según el grupo etario
Grupo etario Valor de corte< de 50 años 450 pg/ml
50 a 75 años 900 pg/ml> de 75 años 1800 pg/ml
se asoció con un diagnóstico altamente probable de IC y
un valor <300 pg/ml tuvo un alto valor predictivo negativo
(99%). Asimismo, en menores de 50 años el mejor punto
de corte fue de 450 pg/ml y en mayores de 50 años de 900
pg/ml, alcanzando un valor de 1800 pg/ml en pacientes mayores
de 75 años (Tabla 2). La sensibilidad de los diferentes
puntos de corte fue >91%, la especificidad del 80-95% y la
precisión diagnóstica del 85-95%. El criterio clínico aislado
tuvo un área bajo la curva de 0,90 que se incrementó a 0,96
cuando se le sumó el dosaje de NT-proBNP. Esto pone en
evidencia la importancia de los PN integrados a la clínica
para el diagnóstico de IC21.
El uso combinado de los niveles de NT-proBNP sumado al
score PRIDE, facilitó la identificación de pacientes con una
sensibilidad y especificidad del 90% y un valor predictivo
positivo de 83%21,22.
Sospecha de IC en el consultorio
Fuera del cuadro agudo, Kelder y col. evaluaron 721 pacientes
ambulatorios que consultaron por un cuadro clínico
sugestivo de IC23. La evaluación incluyó el interrogatorio, el
examen físico, electrocardiograma, análisis de laboratorio,
espirometría y el dosaje de NT-proBNP. El estudio demostró
que el interrogatorio y el examen físico tuvieron un poder
estadístico C de 0,83, que se incrementó con el agregado
del PN, permitiendo una mejoría de la reclasificación diagnóstica
del 69% de los pacientes23.
Seguimiento de la IC en el consultorio
El control ambulatorio con parámetros objetivos de evolución
clínica en pacientes con IC crónica estable o en
aquellos que han superado una internación por IC es fundamental
para lograr disminuir las hospitalizaciones por IC,
que en estos pacientes suelen ser recurrentes y como está
descrito, cada una de ellas tiene un impacto negativo en la
morbimortalidad de los pacientes.
En este sentido, el estudio de Bettencourt y col. demostró
mejor evolución de aquellos pacientes que lograban una
reducción mayor del 30% del NT-proBNP comparado con
aquellos pacientes en quienes se observó un valor estable
o un aumento del mismo durante el seguimiento24.
En concordancia, Masson y col. demostraron que la persistencia
de valores bajos de NT-proBNP o la reducción de
la concentración a 4 meses de seguimiento, se asoció con
mejor evolución comparado con el aumento de sus niveles
o elevación persistente de los mismos25.
Tratamiento guiado por NT-proBNP versus seguimiento convencional en IC
La experiencia de Troughton y col. incluyó paciente con
IC en clase funcional II-IV según NYHA (New York Heart
Association), FEVI<40% y mostró a los 6 meses una reducción
de eventos cardiovasculares del 34% en la rama
guiada por NT-proBNP vs control (reducción del 1%), y
una tendencia a menor mortalidad. También se observó
mayor uso de antagonista del SRAA26.
En el estudio STARS-BNP se observó, a los 3 meses, un
aumento de la proporción de pacientes con valores de
BNP<100 pg/ml en la rama guiada por biomarcadores
(16% vs 33%, p=0,04. Reducción de 352±260 pg/ml a
284±180 pg/ml). Concordantemente con lo observado,
en un seguimiento mediano a 15 meses, el punto final
combinado de muerte e internación por IC alcanzó 24%
en el grupo guiado vs 52% en el grupo control27.
En el estudio PROTECT, Gaggin y col. alcanzaron un
objetivo de NT-proBNP <1000 pg/ml en el 44,3% de la
rama guiada vs 35,6% en el grupo control, resaltando que
la terapia guiada por biomarcadores es bien tolerada sin
incremento de eventos adversos28. El punto final primario
fue significativamente menor en el grupo tratamiento
guiado por los niveles de PN, y la diferencia se focalizó
en el empeoramiento o internación por IC. Cuanto más
bajo el valor alcanzado de NT-proBNP mejor fue la evolución.
Además se observó una reducción semejante del
NT-proBNP tanto en personas mayores de 75 años como
en jóvenes (47% vs 45%) con mejoría del remodelado
ventricular izquierdo en ambas ramas. No obstante, si bien
es fundamental tener presente otras comorbilidades que
puedan explicar el incremento del PN, el valor predictivo
negativo sigue siendo considerable28.
En un interesante estudio de Berger y col. de la Universidad
de Viena, se investigó si el valor agregado del NTproBNP
durante el seguimiento ambulatorio por un equipo
médico multidisciplinario (incluido un especialista en IC)
vs una estrategia de cuidados convencionales de pacientes,
luego de una hospitalización por IC descompensada,
podría tener beneficios29. Demostraron que la utilización
de PN incrementó el porcentaje de pacientes con triple
terapia anti-remodelado y redujo la hospitalización por IC
(488 días vs 1254 días vs 1588 días, respectivamente). La
triple terapia antineurohormonal incluía espironolactona y
el 50% de las dosis objetivo de un inhibidor de la enzima
convertidora de angiotensina/bloqueador del receptor de
angiotensina y de un betabloqueante. De esta manera, se
redujo la tasa combinada de muerte y re-hospitalización
por IC y se evidenció de manera contundente una mayor
mortalidad en el grupo de cuidado convencional (39% vs
22%, p= 0,02)29 (Figura 1 y 2).
Figura 1. La proporción de terapia triple (espironolactona y ≥50%
de la dosis objetivo de un IECA/BRA y de un BB) fue similar
entre los grupos al inicio del estudio. Siendo mayor en el grupo de
MPN que en el grupo de CM, y más alto en el grupo de CM versus
el grupo de CH en el seguimiento. Modificado de Berger y col.29
MPN: manejo intensivo del paciente guiado por péptido natriurético
de tipo N-terminal pro-B. CM: cuidados multidisciplinarios. CH:
cuidados habituales. IECA: inhibidor de la enzima convertidora
de angiotensina. BRA: bloqueador del receptor de angiotensina.
BB: beta bloqueante.
Figura 2. A los 18 meses de iniciado el estudio, el criterio de valoración
combinado de muerte o hospitalización por insuficiencia
cardíaca (IC) fue menor en el grupo de MNP (37%) vs el grupo de
CM (50%; =0,05) y el grupo de CM vs el grupo CH (65%; p=0,04).
Modificado de Berger y col.29
MPN: manejo intensivo del paciente guiado por péptido natriurético
de tipo N-terminal pro-B. CM: cuidados multidisciplinarios. CH:
cuidados habituales.
En esta línea, el metaanálisis de Li y col. (11 estudios
aleatorizados) mostró una reducción de la mortalidad (RR
0,83, IC95% 0,69-0,99) y de la reinternación por IC (RR
0,65, IC95% 0,50-0,84)30.
Un metanálisis reciente de todos los ensayos clínicos randomizados
sobre el uso de PN como guía terapéutica de
pacientes con ICFEr demostró beneficios en términos de
mortalidad por todas las causas, recomendando que los PN
deben medirse en todos los pacientes que presenten síntomas
que sugieran una nueva aparición o empeoramiento de
la IC, como disnea y/o fatiga, ya que su uso facilita tanto
el diagnóstico precoz como la exclusión precoz de la IC31.
La información disponible nos demuestra que alcanzar
niveles de NT-proBNP <1000 pg/ml tiene una importancia
pronóstica relevante en el manejo óptimo de la IC, de modo
que un control periódico (anual) con este biomarcador es
fundamental para un correcto manejo de los pacientes con
IC. No obstante, la identificación de un punto de corte
del NT-proBNP como factor pronóstico más favorable
es arriesgado si no individualizamos otros factores del paciente (sexo, edad, peso, función renal, comportamiento
hemodinámico, etc.).
Situaciones especiales
Los “ARNI” (angiotensin receptor-neprilysin inhibitor)
constituyen una nueva alternativa terapéutica de gran
impacto pronóstico en los pacientes con ICFEr. En el
estudio PARADIGM-HF se evidenció que la asociación
valsartan/sacubitrilo comparada con enalapril en pacientes
con IC clase funcional II-IV y FEVI ≤40% reduce la tasa
combinada de muerte cardiovascular y hospitalización por
IC, la muerte cardiovascular, la muerte total y la tasa de
reinternación por IC32.
La neprilisina es una enzima que degrada los péptidos
vasoactivos, entre ellos los PN. La inhibición de la neprilisina
genera acumulación de los PN y determina sus
efectos beneficiosos. El NT-proBNP, a diferencia del BNP,
no es un sustrato del sacubitrilo; por lo tanto, los ARNI no
incrementan sus valores y permite su utilización como monitoreo
del tratamiento. Los pacientes tratados con ARNI
evidenciaron reducción del nivel sérico de NT-proBNP y
dicha reducción se asoció con la mejoría clínica19,33.
Como hemos descrito, los PN poseen un valor fundamental
en el diagnóstico y tratamiento de la IC, tanto en la fase
aguda como durante el seguimiento. En la práctica cotidiana,
la mayoría de los profesionales que tratan pacientes
con IC no son especialistas ni forman parte de un grupo
de trabajo multidisciplinario que disponga de un tiempo
adecuado para implementar guías práctica clínica, valorar
adecuadamente signos y síntomas, interpretar correctamente
los estudios complementarios, y esto se exacerba
en la época actual con el auge de las consultas virtuales.
En este sentido, los PN representa un recurso altamente
efectivo para la valoración objetiva de pacientes con IC
crónica y nos permiten tomar conductas preventivas para
evitar reinternaciones frecuentes y optimizar recursos
altamente costosos.
Así mismo y en relación directa con lo anteriormente
descripto, la alta sensibilidad y valor predictivo negativo
de los PN nos permiten descartar al diagnóstico de IC
y así disminuir el pedido de estudios complementarios
innecesarios (Tabla 3).
Tabla 3. Recomendaciones de las Sociedades Internacionales
de Cardiología, nivel de evidencia
Las 3 claves del uso clínico de los PN
1- Los PN siempre deben ser utilizados en conjuntos con
la información clínica.
2- Deben ser medidos en todos los pacientes que se presentan
con síntomas sugestivos de IC como disnea y/o
fatiga con el objetivo de realizar un diagnóstico preciso, un
tratamiento precoz y una estratificación de riesgo adecuada.
3- En pacientes estables con IC, pero también en pacientes
con otros desórdenes cardíacos como infarto de miocardio,
enfermedad valvular, fibrilación auricular o tromboembolismo,
las concentraciones de PN tienen alta precisión
pronóstica para muerte y hospitalización por IC.
Conclusiones
La IC es una enfermedad prevalente con alta morbimortalidad
que plantea un desafío en el diagnóstico, tratamiento
y pronóstico. En estos aspectos, los PN han demostrado ser
de gran utilidad. La evidencia sugiere que los PN mejoran
la capacidad diagnóstica de la IC, tanto en la fase aguda
como crónica, limitando el pedido de estudios innecesarios
y facilitando la toma de decisiones terapéuticas durante
el seguimiento. Además su utilización reduce la morbimortalidad
y las hospitalizaciones de los pacientes con IC
y limita las consultas a las unidades de emergencia. Estos
beneficios son apreciados en tres niveles; paciente (beneficio
biológico), equipo médico (eficiencia y efectividad)
y sistema de salud (optimización de recursos y descenso
de costos).
Recursos financieros
Los autores no recibieron ningún apoyo económico para
la investigación.
Conflicto de intereses
Los autores declararon no tener conflicto de intereses.
Referencias bibliográficas
1. Fonarow GC, Albert NM, Curtis AB, Stough WG, Gheorghiade
M, Heywood JT, et al. Improving evidence-based care for heart
failure in outpatient cardiology practices: primary results of
the registry to improve the use of evidence-based heart failure
therapies in the outpatient setting (Improve HF). Circulation
2010;122:585-96.
2. Ponikowski P, Voors AA, Anker SD, Bueno H, Cleland JG,
Coats AJ, et al. 2016 ESC Guidelines for the diagnosis and
treatment of acute and chronic heart failure: The Task Force for
the diagnosis and treatment of acute and chronic heart failure of
the European Society of Cardiology (ESC). Developed with the
special contribution of the Heart Failure Association (HFA) of
the ESC. Eur J Heart Fail 2016;18(8):891-975.
3. Yancy CW, Jessup M, Bozkurt B, et al. 2017 ACCF/ACC/HFSA
focused update on new pharmacological therapy for heart failure: an update of the 2013 ACCF/AHA guidelines for the management
of heart failure: a report of the American College of Cardiology
Foundation/American Heart Association Task Force on Practice
Guidelines and the Heart Failure Society of America. J Am Coll
Cardiol 2017;70:776-803.
4. Januzzi JL Jr. The role of natriuretic peptide testing in guiding
chronic heart failure management: review of available data and
recommendations for use. Arch Cardiovasc Dis 2012;105:40-50.
5. Bajaj NS, Patel N, Prabhu SD, Arora G, Wang TJ, Arora P.
Effect of NT-proBNP- Guided Therapy on all-cause mortality
in heart chronic heart failure with reduced ejection fraction. J
Am Coll Cardiol 2018;71(8):951-2.
6. Santaguida PL, Don-Wauchope AC, Oremus M, McKelvie
R, Ali U, Hill SA, et al. BNP and NT-proBNP as prognostic
markers in persons with acute decompensated heart failure: a
systematic review. Heart Fail Rev 2014;19(4):453-70.
7. Savarese G, Musella F, D’Amore C, Vassallo E, Losco T,
Gambardella F, et al. Changes of natriuretic peptides predict
hospital admissions in patients with chronic heart failure: a
meta-analysis. JACC Heart Fail 2014;2(2):148-58.
8. Salah K, Kok WE, Eurlings LW, Bettencourt P, Pimenta JM,
Metra M, et al. . A novel discharge risk model for patients
hospitalised for acute decompensated heart failure incorporating
N-terminal pro-B-type natriuretic peptide levels: a European
collaboration on acute decompensated Heart Failure: ELAN-HF
Score. Heart 2014;100(2):115-25.
9. Santaguida PL, Don-Wauchope AC, Oremus M, McKelvie
R, Ali U, Hill SA, et al. BNP and NT-proBNP as prognostic
markers in persons with acute decompensated heart failure: a
systematic review. Heart Fail Rev 2014;19(4):453-70.
10. Han X, Zhang S, Chen Z, Adhikari BK, Zhang Y, Zhang J,
Wang Y. Cardiac biomarkers of heart failure in chronic kidney
disease. Clin Chim Acta 2020; 510: 298-310.
11. Wang TJ, Larson MG, Levy D, et al. Impact of obesity on plasma
natriuretic peptide levels. Circulation 2004;109:594-600.
12. Rukavina Mikusic NL, Kouyoumdzian N, Del Mauro JS,
Gironacci MM, Puyó AM, Toblli JE, Fernández BE, Choi MR.
La alteración de sistemas natriuréticos renales se asocia con el
desarrollo de hipertensión arterial y precede en el tiempo a la
aparición de daño renal en un modelo de síndrome metabólico.
Rev Argent Cardiol 2018;86:6-13.
13. Rukavina Mikusic, NL; Kouyoumdzian, N; Del Mauro, JS; Cao,
G; Trida, V; Gironacci, MM; Puyó, AM; Toblli, JE; Fernández,
BE; Choi, MR. Effects of chronic fructose overload on renal
dopaminergic system: alteration of urinary L-dopa/dopamine
index correlates to hypertension and precedes kidney structural
damage. J Nutr Biochem 2018;51:47-55.
14. Garcia Rosa ML, Kang HCH, Lagoeiro Jorge AJ, Ximenes TN,
Sautter LS, Bazon Devito S, Guimarães Parovszky H, Côrtes
Durão M, Rios ZanonK. Papel del tejido adiposo en la obesidad
y en la insuficiencia cardíaca. Insuf Card 2019;14(2): 55-63.
15. Daniels LB, Clopton P, Bhalla V, Krishnaswamy P, Nowak
RM, McCord J, Hollander JE, Duc P, Omland T, Storrow AB,
Abraham WT, et al. How obesity affects the cut-points for
B-type natriuretic peptide in the diagnosis of acute heart failure.
Results from the Breathing Not Properly Multinational Study.
Am Heart J 2006;151(5):999-1005.
16. Madamanchi C, Alhosaini H, Sumida A, Runge MS. Obesity
and Natriuretic Peptides, BNP and NT-proBNP: Mechanisms
and Diagnostic Implications for Heart Failure. Int J Cardiol
2014; 176(3): 611-617.
17. McCord J, Mundy BJ, Hudson MP, Maisel AS, Hollander
JE, Abraham WT, et al. Relationship Between Obesity
and B-Type Natriuretic Peptide Levels. Arch Intern Med
2004;164(20):2247-2252.
18. Reinmann M, Meyer P. B-type natriuretic peptide and obesity in
heart failure: a mysterious but important association in clinical
practice. Cardiovasc Med 2020;23:w02095.
19. Vasquez N, Carter S, Grodin JL. Angiotensin Receptor-Neprilysin Inhibitors and the Natriuretic Peptide Axis. Curr
Heart Failure Rep 2020, 17(3), 67-76.
20. Santaguida PL, Don-Wauchope AC, Oremus M, McKelvie
R, Ali U, Hill SA, et al. BNP and NT-proBNP as prognostic
markers in persons with acute decompensated heart failure: a
systematic review. Heart Fail Rev 2014;19(4):453-70.
21. Januzzi JL Jr, Camargo CA, Anwaruddin S, Baggish AL, Chen
AA, Krauser DG, et al. The N-terminal Pro-BNP investigation
of dyspnea in the emergency department (PRIDE) study. Am J
Cardiol 2005;95(8):948-54.
22. Anwaruddin S, Lloyd-Jones DM, Baggish A, Chen A, Krauser
D, Tung R, Chae C, Januzzi Jr JL. Renal function, congestive
heart failure, and amino-terminal pro-brain natriuretic peptide
measurement: results from the ProBNP Investigation of
Dyspnea in the Emergency Department (PRIDE) Study. J Am
Coll Cardiol 2006;47(1):91-7.
23. Kelder JC, Cramer MJ, van Wijngaarden J, van Tooren R,
Mosterd A, Moons KG, et al. The diagnostic value of physical
examination and additional testing in primary care patients with
suspected heart failure. Circulation 2011;124(25):2865-73.
24. Bettencourt P, Azevedo A, Pimenta J, Friões F, Ferreira S,
Ferreira A. N-terminal-pro-brain natriuretic peptide predicts
outcome after hospital discharge in heart failure patients.
Circulation 2004;110(15):2168-74.
25. Masson S, Latini R, Anand IS, Vago T, Angelici L, Barlera S,
et al.; Val-HeFT Investigators. Direct comparison of B-type
natriuretic peptide (BNP) and amino-terminal proBNP in a
large population of patients with chronic and symptomatic heart
failure: the Valsartan Heart Failure (Val-HeFT) data. Clin Chem
2006;52(8):1528-38.
26. Troughton RW, Frampton CM, Brunner-La Rocca HP, Pfisterer
M, Eurlings LW, Erntell H, et al. Effect of B-type natriuretic
peptide-guided treatment of chronic heart failure on total
mortality and hospitalization: an individual patient metaanalysis.
Eur Heart J 2014;35(23):1559-67.
27. Jourdain P, Jondeau G, Funck F, Gueffet P, Le Helloco A, Donal
E, et al. Plasma brain natriuretic peptide-guided therapy to
improve outcome in heart failure: the STARS-BNP Multicenter
Study. J Am Coll Cardiol 2007;49(16):1733-9.
28. Gaggin HK, Mohammed AA, Bhardwaj A, Rehman SU,
Gregory SA, Weiner RB, et al. Heart failure outcomes and
benefits of NT-proBNP-guided management in the elderly:
results from the prospective, randomized ProBNP outpatient
tailored chronic heart failure therapy (PROTECT) study. J Card
Fail 2012;18(8):626-34.
29. Berger R, Moertl D, Peter S, Ahmadi R, Huelsmann M,
Yamuti S, Wagner B, Pacher R. N-terminal pro-B-type
natriuretic peptide-guided, intensive patient management in
addition to multidisciplinary care in chronic heart failure a
3-arm, prospective, randomized pilot study. J Am Coll Cardiol
2010;55(7):645-53.
30. Li P, Luo Y, Chen YM. B-type natriuretic peptide-guided
chronic heart failure therapy: a meta-analysis of 11 randomised
controlled trials. Heart Lung Circ 2013;22(10):852-60.
31. Mueller C, McDonald K, de Boer RA, Maisel A, Cleland JGF,
Kozhuharov N, Coats AJS, et al. Heart Failure Association of
the European Society of Cardiology. Heart Failure Association
of the European Society of Cardiology practical guidance on
the use of natriuretic peptide concentrations. Eur J Heart Fail
2019;21(6):715-731.
32. McMurray JJ, Packer M, Desai AS, Gong J, Lefkowitz MP,
Rizkala AR, et al; PARADIGM-HF Angiotensin-neprilysin
inhibition versus enalapril in heart failure. N Engl J Med
2014;371(11):993-1004.
33. Myhre PL, Vaduganathan M, Claggett B, Packer M, Desai AS,
Rouleau JL, et al. B-Type natriuretic peptide during treatment
with sacubitril/valsartan: The PARADIGM-HF Trial. J Am Coll
Cardiol 2019;73(11):1264-1272.
34. Van der Meer P, Gaggin HK, Dec GW. ACC/AHA versus ESC
Guidelines on Heart Failure: JACC Guideline Comparison. J
Am Coll Cardiol 2019;73(21):2756-2768.