INTERCONSULTAS EN INSUFICIENCIA CARDIACA
Anemia
La entidad incierta en insuficiencia cardíaca
Valentina M. Bichara*
* Médica Cardióloga. Hospital Centro de Salud. San Miguel de Tucumán. Tucumán. República Argentina.
Correspondencia: Dra. Valentina M. Bichara
Junín 531. CP: 4000. Tucumán. República Argentina.
E-mail: valentinabichara@hotmail.com
Recibido: 16/02/2009
Aceptado: 06/05/2009
Palabras clave: Insuficiencia cardíaca crónica; Anemia; Insuficiencia renal
Introducción
Entre el 30% y el 60% de los pacientes con insuficiencia
cardíaca crónica (ICC) son reinternados al cabo de
3 a 6 meses del alta. A pesar de que parecen responder
bien a la terapéutica indicada, las tasas de muerte y de
rehospitalización exceden el 35% a los 60 días del alta1,
debido a diversos factores vinculados a la misma entre
los que la anemia juega un importante rol, y éste será el
tema a desarrollar.
La enfermedad renal crónica (ERC) y la ICC coexisten
en un gran número de pacientes. Es bien conocida la
importancia clínica, ya que los pacientes con ERC e
ICC presentan mayor número de eventos adversos y
rehospitalizaciones2.
El síndrome de anemia cardiorrenal hace referencia a la
presencia simultánea de anemia, de ICC y de ERC, constituyendo
un triángulo patológico con un impacto adverso
en la morbilidad y en la mortalidad3. La prevalencia de
anemia estimada en pacientes con insuficiencia renal
moderada a severa con ICC es del 20% al 40%4,5.
La anemia, debida a disfunción renal por déficit relativo
de eritropoyetina, genera una circulación compensadora
hiperdinámica y una hipertrofia ventricular excéntrica
(dos veces más frecuente que la concéntrica) en la insuficiencia
renal crónica. A su vez, la ICC puede exacerbar
la disfunción renal6.
En realidad, este cuadro ratifica que la ICC es una enfermedad
sistémica y que su abordaje debe ser amplio y
multidisciplinario.
La anemia es común en pacientes con ICC, usualmente,
normocítica-normocrómica y asociada a distintos factores7.
La reducción en los niveles de hemoglobina en pacientes
con ICC se asocia con incrementos en el riesgo de
hospitalización y todas las causas de mortalidad8,9. Los
mecanismos potenciales ligados a la anemia incrementan
el riesgo de muerte en la ICC y estarían en relación con
cambios en la estructura, función cardíaca y activación
del sistema neurohormonal10. La anemia genera sin dudas
disminución de la capacidad funcional y tiene además
valor pronóstico. Valores menores de hemoglobina se
asocian a mayor mortalidad alejada. Horwich y col.11, en
una cohorte de 1061 pacientes en clase funcional (CF)
III-IV de la New York Heart Association (NYHA), encuentran
una mortalidad creciente, siendo la hemoglobina
un predictor independiente de mayor mortalidad, con un
13% de aumento por cada disminución de 1 g/dL.
Prevalencia de anemia en insuficiencia cardíaca
La presencia de anemia en pacientes con ICC y baja
fracción de eyección se encuentra entre el 4% y 61%
(media 18%)12, siendo un inconveniente valorar los datos
poblacionales; ya que no se han empleado puntos de
corte uniformes para definir la anemia. The World Heart
Organization define anemia como la concentración de
hemoglobina < 13 g/dL en hombres y < 12 g/dL en mujeres13,
mientras que The National Kidney Foundation define anemia con valores de hemoglobina < 12 g/dL en
hombres y mujeres posmenopausicas10.
Muchos estudios indican que la prevalencia de anemia
está incrementada en pacientes con ICC y mayor número
de co-morbilidades como insuficiencia renal, edad e ICC
avanzadas (rango 30%-60%), comparado con pacientes
ambulatorios con menos síntomas (rango 4%-23%)14,15.
Está claro que al incrementarse la CF la prevalencia de
anemia aumenta, yendo del 9% al 79% de CF I a IV16.
Debe tenerse en cuenta que los valores bajos de hemoglobina
en las mujeres son casi dos veces más frecuentes que
en el hombre17. La diferencia de sexos debería tenerse en
cuenta a la hora de definir la prevalencia de la anemia: el valor de corte para la anemia en mujeres posmenopáusicas
debe ser igual al de los hombres; con el valor de
corte menor para mujeres, la verdadera prevalencia en
las mujeres puede infraestimarse. Pero, la prevalencia
debería ajustarse también por la edad: las mujeres son
mayores que los hombres. Esto puede sobreestimar la
diferencia18.
Etiolog ía y causas probables
La causa de la anemia es desconocida en una gran
mayoría de los pacientes que la padecen. Y constituye,
además, una entidad rodeada de incógnitas sobre todo en
lo concerniente a su patogenia y su importancia evolutiva
en la ICC. Un terreno en el que todavía la opinión suele
predominar sobre las pruebas científicas19.
Múltiples etiologías han sido propuestas para la anemia
en la ICC. Estas incluyen sangrado oculto del tracto
gastrointestinal en relación al consumo de aspirina, hemodilución,
inhibición en la síntesis de eritropoyetina
(posiblemente asociada al consumo de inhibidores de la
enzima de conversión de la angiotensina o bloqueantes de
los receptores de la angiotensina) y deficiencia de hierro
como consecuencia de la anorexia20.
La eritropoyetina producida principalmente por el riñón
es el componente principal en la regulación del sistema
de producción de la masa eritrocitaria, manteniendo así
la homeostasis del mismo y el aporte de oxígeno tisular21.
También, previene la muerte celular programada de las
células progenitoras eritrocitarias, estimulando su producción,
maduración y diferenciación terminal. Cualquier
anormalidad en la producción de eritropoyetina resulta
en anemia22.
La insuficiencia renal es una co-morbilidad frecuente en
pacientes con ICC, incrementando el riesgo de anemia. En
pacientes con insuficiencia renal crónica sin ICC (definida
como frecuencia de filtrado glomerular < 60 ml/min), la
anemia se asocia con menor producción de eritropoyetina
y disminución progresiva en los valores de hemoglobina23.
Es probable que exista una interacción compleja
entre el deterioro cardíaco, la activación neurohumoral
e inflamatoria y la disfunción renal.
La principal causa de anemia es el fallo renal generado
por la función cardíaca deteriorada, con reducido gasto
cardíaco y vasoconstricción renal que lleva a la isquemia renal prolongada. Ante el fallo renal disminuye la producción
de eritropoyetina24.
Sorprende encontrar que tratamientos que mejoran la
calidad de vida y disminuyen la mortalidad en la ICC,
inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina
(IECA) y carvedilol, pueden exacerbar la anemia25.
El sistema renina-angiotensina juega un rol importante en
la regulación del volumen plasmático y el volumen de los
eritrocitos. Ante la reducción del flujo sanguíneo renal, la
angiotensina II incrementa la secreción de eritropoyetina,
observándose en pacientes con ICC un incremento en
los niveles plasmáticos de la misma en proporción a la activación del sistema renina-angiotensina26.
De esta forma, los IECA disminuyen la producción de
eritropoyetina y los niveles de hemoglobina. Pequeños
estudios indican que, si bien esta disminución sería pequeña,
es estadísticamente significativa27,28.
Usualmente, la anemia suele ser normocítica y normocrómica,
asociada con deterioro cardíaco y de la
función renal y peor pronóstico. En pequeños estudios,
el tratamiento de la anemia con proteínas estimulantes
de la eritropoyesis mejoró los síntomas y la tolerancia al
ejercicio7,29. Witte y col.30 demostraron deficiencia de hierro,
folatos y vitamina B12 en un tercio de los pacientes.
Otros factores estarían involucrados en el mecanismo de
la anemia en la ICC.
La deficiencia de hierro se observó en un 21% de pacientes
anémicos con ICC31. En un estudio de Nanas y col.32 en pacientes con ICC congestiva, luego de ser compensados,
del total de 37 pacientes 27 (73%) presentaron
deficiencia de hierro como causa de anemia, 2 pacientes
sufrieron anemia por hemodilución y uno presentó anemia
inducida por drogas.
La anemia también se encuentra asociada con la pérdida
del índice de masa corporal, siendo la caquexia cardíaca un
factor de riesgo para la misma. Los niveles de citoquinas
proinflamatorias se encuentran aumentados en pacientes
con caquexia e ICC, lo cual contribuye al desarrollo de
anemia por distintos mecanismos. El factor de necrosis tumoral alfa, interleukina-1 e interleukina-6 interfieren en
múltiples aspectos de la eritropoyesis y reducen la viabilidad
del hierro para la síntesis de los eritrocitos33,34.
Otra causa corresponde a la activación del sistema inmunológico,
el cual reacciona sobre los glóbulos rojos
durante la infección aguda, evitando la utilización de
hierro por agentes patógenos, siendo deletéreo en forma
crónica35.
Se presume que muchos pacientes con ICC presentan
anemia por reducción de la eritropoyesis y disminución
de eritrocitos. Esta presunción puede resultar incorrecta,
ya que quizás una gran mayoría de los pacientes presenta
expansión del volumen plasmático con signos y síntomas
de congestión, siendo en estos casos la hemodilución la
causa de anemia crónica36. En estos pacientes, el tratamiento
con eritropoyetina incrementa la masa eritrocitaria,
aumentando el volumen sanguíneo, con posibles
consecuencias adversas. Por lo cual, es posible que un tratamiento intensivo con diuréticos reduzca el volumen
plasmático con corrección de la anemia37.
La hemodilución es frecuente en los pacientes con ICC
como causa de anemia, y se observó que en ellos, el
pronóstico es igual o peor comparado con pacientes con
verdadera anemia, ya que el estado de congestión genera
progresión de la falla cardíaca38.
Consecuencias fisiopatológicas
La reducción severa de la hemoglobina (4-5 g/dL) está
asociada con la retención de sodio y agua, la reducción del flujo sanguíneo renal y la activación del sistema neurohumoral,
contribuyendo a la progresión de la ICC39.
La expansión del volumen intracelular causa hemodilución
y menor concentración de hemoglobina. El
incremento del volumen plasmático causa dilatación
ventricular, con lo cual aumenta el estrés parietal y puede
generar taquicardia. Hay hipertrofia ventricular izquierda
que lleva a la muerte celular8.
Algunos investigadores reportaron asociación entre anemia
y deterioro de la CF (NYHA). Kalra y col.40 reportaron
una relación lineal entre los valores de hemoglobina
y consumo pico de oxígeno en pacientes anémicos con
ICC y hemoglobina < 13 g/dL.
Los cambios hemodinámicos compensatorios que resultan
de la anemia, por la reducida liberación y utilización
del oxígeno, como el aumento de la frecuencia cardíaca y
del volumen minuto resultan en mayor isquemia miocárdica,
mayor hipertrofia y mayor dilatación del ventrículo
izquierdo e ICC6.
Muchos efectos de la eritropoyetina resultan beneficiosos:
antiaapoptótico, miogénico, entre otros. Pero muchos
otros, como sus efectos protrombóticos y la activación
plaquetaria, resultan dañinos41.
Tratamiento
En el tratamiento de la anemia en los pacientes que se
presentan con síndrome de anemia cardiorrenal, es determinante
para el pronóstico lograr niveles de hemoglobina
seguros con la terapia farmacológica. No hay todavía un consenso suficiente acerca de los valores óptimos de
hemoglobina y hematocrito que se deben alcanzar y mantener.
Hay valores de hemoglobina que no se consideran
dañinos en sujetos normales, pero sí en la ICC42. Hay
que tener en cuenta que el aumento del hematocrito por
encima de los valores normales empeora el pronóstico.
Los estudios disponibles apuntan a que un hematocrito
del 35%-36% y una hemoglobina de aproximadamente
12 g/dL serían seguros8.
Aún no es bien conocido el impacto de la corrección
o normalización de la anemia sobre la morbilidad y la
mortalidad en la población de pacientes con ICC. En
lo que refiere a calidad de vida, tolerancia al ejercicio y
síntomas, los datos aun son controversiales43.
La transfusión sanguínea fue considerada durante años
una estrategia beneficiosa y la de menor riesgo en el tratamiento
de la anemia. A partir de 1980, este pensamiento
comienza a cambiar al conocer la relación transfusióninfecciones,
principalmente, por el virus de inmunodeficiencia
humana (VIH). Otros efectos son la depresión del
sistema inmunológico44. Por lo cual, en la actualidad su
uso en pacientes con ICC genera controversias. De acuerdo
con las guías del American College of Physicians y de
la American Society of Anesthesiology, la transfusión está
indicada en pacientes sin factores de riesgo para enfermedad
cardíaca, con niveles de hemoglobina de 6-8 g/dL45.
Dado los riesgos de la transfusión, quizás se encuentran
beneficios en el tratamiento agudo de la anemia severa,
no siendo una estrategia de tratamiento viable a largo
plazo en pacientes con anemia crónica e ICC.
A partir de 1988, The Food and Drug Administration (FDA) aprueba el uso de la eritropoyetina en el tratamiento
de la anemia en pacientes con insuficiencia renal
avanzada8.
Aunque los niveles de eritropoyetina en pacientes anémicos
con ICC son moderadamente elevados, el incremento
es menor que el observado en otras poblaciones46. De
acuerdo a ello, el suplemento exógeno de eritropoyetina
en ICC sería beneficioso. La corrección de la anemia en
la ICC con eritropoyetina subcutánea al igual que en la
insuficiencia renal crónica, está asociada con una mejoría
de la CF (NYHA) y de la fracción de eyección, reducción
en las hospitalizaciones y en el uso de dosis elevadas de
diuréticos y una mejoría de la capacidad al ejercicio y de
la calidad de vida8. Los mecanismos parecen ser obvios,
el aumento de la hemoglobina incrementa la cantidad de
oxígeno transportada a los tejidos y mejora la captación
de radicales libres producidos por los tejidos5. Corregir
la anemia con eritropoyetina tiene un efecto beneficioso
en la disfunción endotelial en pacientes con insuficiencia
renal. Este efecto seguramente esta mediado por la mayor
cantidad de oxígeno que llega a las células, debido a la
corrección de la anemia. A nivel cardíaco, esto podría
tener también mucha importancia.
El efecto de rHuEpo (epoetin ß)8 en pacientes anémicos
con falla cardíaca fue reportado por primera vez por Silverberg
y col. Veintiséis pacientes anémicos con ICC (CF
III-IV -NYHA- y hemoglobina 12 g/dL) fueron tratados
con epoetin ß subcutánea e hierro endovenoso con un
seguimiento de 4-15 meses (media 7 meses). Epoetin ß incrementó la hemoglobina de 10,2 a 12,1 g/dL y se
asoció con mejoría de la CF (NYHA), incremento de la
fracción de eyección del ventrículo izquierdo y menor
necesidad de furosemida oral y endovenosa.
Mancini y col.29 condujeron un estudio randomizado de
terapia con epoetin ß en 26 pacientes con ICC y anemia
(hematocrito del 35%), y aporte de suplemento oral de
hierro y acido fólico. Se asoció con incrementos significativos
en la hemoglobina (11,0 ± 0,5 a 14,3 ± 1,0 g/dL;
p=0,05), consumo pico de oxígeno (11,0 ± 1,8 a 12,7 ±
2,8 ml/min/kg; p=0,05), y la capacidad al ejercicio (590 ± 107 a 657 ± 119 segundos; p=0,004). El incremento
en la hemoglobina fue lineal asociado con el incremento
en el consumo pico de oxígeno.
La farmacodinamia y farmacocinética de darbopoetin alfa
fue comparada en 33 pacientes anémicos con ICC (hemoglobina
de 12,5 g/dL) y 30 sujetos sanos47. Darbopoetin
alfa fue administrado 11 meses, produciendo incrementos
en los niveles de hemoglobina, sin eventos adversos
relacionados con la droga. El efecto del tratamiento con
darbopoetin alfa evaluó en un estudio randomizado la
capacidad al ejercicio en 41 pacientes anémicos con ICC
(hemoglobina 9 a 12 g/dL)7. El trabajo reportó efectos
favorables sobre la capacidad al ejercicio y la calidad de
vida comparado con placebo48.
En el estudio CREATE (Cardiovascular Risk Reduction
by Early Anemia Treatment with Epoetin beta), se randomizó
a 603 pacientes con anemia crónica (hemoglobina
de 11,0 a 12,5 g/dL) relacionada con insuficiencia renal
con tasa de filtrado de 15,0 a 35,0 ml por minuto, a recibir
tratamiento con epoetin ß con niveles de hemoglobina de
13,0 a 15,0 g/dL (grupo 1) o tratamiento solo si los niveles
de hemoglobina eran de 10,5 g/dL o menos (grupo 2).
Este estudio no mostró diferencias entre ambos grupos
con respecto a la corrección temprana de la anemia en
pacientes con insuficiencia renal crónica para evitar
eventos cardiovasculares49.
El estudio CHOIR (Correction of Hemoglobin and
Outcome in Renal Insufficiency) incluyó 1432 pacientes
con niveles de hemoglobina basal de 10,1 ± 0,9 g/dL y
filtrado glomerular de 27,2 ml/min/1,73m2. El 33% de los
pacientes tenía baja fracción de eyección que no fue reportada
por los investigadores. La mitad de los pacientes fue
asignada a recibir epoetin ß con el objetivo de lograr una
hemoglobina de 13,5 g/dL y otros a la mitad del régimen
para lograr valores de 11,3 g/dL. El seguimiento se realizó
durante 16 meses50. Este estudio fue finalizado prematuramente,
debido a una mayor tendencia a incrementar el
riesgo de muerte o infarto en el grupo que tenía niveles
más elevados de hemoglobina basales (HR 1,3 IC 95%
0,9-1,9). No hubo diferencias en la presión arterial entre
ambos grupos, pero hubo mayor incidencia de trombos
en el sitio de acceso vascular en el grupo con hematocrito
más alto (39% vs 29%; p=0,001)51.
Actualmente, en un estudio de escala, el RED-HF (Reduction
of Events with Darbopoetin Alfa in Heart Failure)51,
están siendo evaluados los efectos de darbopoetin alfa
en la morbimortalidad de 3400 pacientes con ICC. Este
es un estudio diferente al CHOIR y CREATE, ya que
la droga utilizada presenta una vida media plasmática
prolongada y una fuerte afinidad por el receptor de la
eritropoyetina53. Mediante la utilización de un diseño
aleatorizado y controlado con placebo, esperamos que
este estudio permita consolidar esquemas de tratamiento
basados en la evidencia.
The Study of Anemia in Heart Failure Trial (STAMINAHeFT)10 es un estudio multicéntrico, randomizado doble
ciego, que evaluó los efectos del tratamiento de la anemia
en pacientes con ICC. Trescientos diecinueve pacientes
con síntomas de ICC, fracción de eyección < 40% y
valores de hemoglobina > 9 g/dL y < 12,5 g/dL, fueron
randomizados a placebo o darbopoetin alfa. El punto
final primario fue la mejoría en la prueba ergométrica y
el punto final secundario fue la mejoría en la CF (NYHA)
y en la calidad de vida. En los resultados de este estudio,
no se observaron beneficios clínicos significativos en
pacientes con ICC y anemia tratados con darbopoetin
alfa. En este estudio se excluyeron los pacientes con
insuficiencia renal crónica, factor que contribuye a la
anemia en pacientes con ICC, concluyendo que las causas
de anemia son multifactoriales.
Actualmente, están en avanzado estado de desarrollo otros
productos con capacidad de inducción hemopoyética,
como el agonista sintético del receptor de eritropoyetina
desarrollado por Affymax, hematide, un péptido no relacionado
con los compuestos utilizados hasta ahora y
que ha demostrado inducciones eritroides prolongadas
(un mes, con buena tolerancia y estabilidad a temperatura
ambiente). En los pacientes portadores de ICC, las
potenciales ventajas de este tipo de agentes radican no
sólo en su administración oral y en la inducción de la eritropoyetina;
sino también, en los beneficios involucrados
en la respuesta antianémica y antihipóxica19.
Considerando el incremento en la mortalidad como consecuencia
de la anemia en pacientes con ICC, como así
también con enfermedad renal crónica, se han diseñado
diversos estudios con proteínas estimulantes de la eritropoyesis
para incrementar los niveles de hemoglobina.
Hay controversias acerca del manejo y tratamiento óptimos
para la anemia en las guías de ICC. Sobre la base
de los datos, se recomienda control cada 6 meses de los
valores de hemoglobina en estos pacientes. En aquellos
con anemia, el manejo incluye control en los valores de
hierro, otras deficiencias nutricionales y estimación de
la frecuencia de filtrado glomerular. En las subpoblaciones
de pacientes con ICC, anemia moderada a severa
(hemoglobina < 11 mg/dL) y disfunción renal moderada
a severa (< 60 ml/min), las guías de la National Kidney
Foundation recomiendan el tratamiento con eritropoyetina
y suplementos de hierro5.
Se carece de datos de pronóstico a largo plazo en pacientes
portadores de anemia con ICC con el tratamiento de eritropoyetina.
En aquellos casos con grados menos severos
de anemia (leve-moderada) y función renal preservada,
aún no está recomendada su utilización, hasta tanto
sean publicados nuevos estudios acerca de su eficacia y
seguridad54.
En el Congreso Europeo de Cardiología del año 2006,
se han comunicado datos de otros dos estudios centrados
en el tratamiento de la anemia en ICC con darbopoetin,
con diseño doble ciego, aleatorizados y con empleo de
placebo. Todos los participantes tenían una fracción de
eyección ≤ 40%, una hemoglobina de 9-12,5 g/dL, y la
ICC debía estar diagnosticada desde al menos 3 meses
antes. Al analizar en conjunto a los 475 pacientes, los
individuos que recibieron darbopoetin alfa incrementaron
significativamente su hemoglobina; pero, si bien no
presentaron más eventos adversos que el grupo placebo,
tampoco tuvieron una mejora significativa en los 3 parámetros
de valoración sintomáticos (CF NYHA, Patient
Global Assessment y Minnesota Living With Heart Failure
Questionnaire)55.
Algunos autores sostienen que al tratamiento con eritropoyetina
debe añadirse de forma prácticamente obligatoria
el hierro intravenoso, para prevenir un posible
déficit de este elemento secundario al aumento de la
hematopoyesis56.
Datos recientes indican que en algunos pacientes, el
déficit de hierro es el factor patogénico principal de la
anemia. En estos casos, el tratamiento coadyuvante con
eritropoyetina no sería necesario, tal como señalan estas comunicaciones, que muestran mejoría de la anemia con
tratamiento único con hierro57.
En resumen, podemos concluir que se obtiene un beneficio
al corregir los valores marcados de anemia (hemoglobina < 10 g/dL), pero que las correcciones por encima de este
valor podrían no agregar ventajas adicionales. Es probable
que los resultados de grandes estudios multicéntricos,
que en la actualidad están en curso o iniciándose, nos
ayuden a aclarar importantes aspectos prácticos todavía
no resueltos.
Significado pronóstico de la anemia en pacientes con ICC
Cada vez es mayor la atención que se presta a la anemia en
los pacientes con ICC, pues a pesar de todos los tratamientos
que se han ido añadiendo, el pronóstico es ominoso58.
Varios autores confirmaron esta clara relación, tanto en
lo que refiere a la mortalidad como a la incidencia de
rehospitalizaciones por ICC, observándose en pacientes
hospitalizados59 y ambulatorios60.
El estudio de Tang y col.61, determinó las características
y el pronóstico a largo plazo en pacientes anémicos con
ICC. En él, 6159 pacientes tuvieron un seguimiento a
corto plazo (3 meses) y a largo plazo (6 meses), evaluando
características clínicas, de laboratorio, demográficas
y ecocardiográficas. La tasa de mortalidad fue evaluada
al final del estudio. Concluyendo que los pacientes con
ICC que desarrollaron anemia no son detectados o son
subdiagnosticados y que la desaparición de la anemia se
produjo en el 43% de los pacientes que se presentaron
inicialmente con ella y no poseían mayores riesgos de
mortalidad de toda causa a largo plazo. Sin embargo,
la persistencia de la anemia se vio asociada a un mal
pronóstico en los pacientes con ICC, comparados con
aquellos que han resuelto su cuadro o no la presentaron
en su evolución.
Coincidiendo con los datos de algunos estudios: Val-HeFT (Valsartan in Heart Failure Trial) y COMET (Carvedilol
or Metoprolol Evaluation Trial), que muestran que
pacientes con disminución en los valores de hemoglobina
poseen mayor número de hospitalizaciones por falla cardíaca, aumento de la morbilidad y mortalidad62.
En un meta análisis que evaluó la relación entre anemia y
mortalidad en ICC, la presencia de anemia estaba asociada
con incremento en el riesgo de mortalidad en aquellos
pacientes con ICC sistólica y diastolica28.
El estudio SOLVD (Studies Of Left Ventricular Dysfunction)
muestra que un bajo nivel de hemoglobina es
un alto predictor de mortalidad independientemente de
la disfunción renal. La prevalencia de anemia (hematocrito< 39% en hombres y 36% en mujeres) fue del
18%. La incidencia de anemia en el año siguiente fue
del 11,3% en la rama enalapril y del 7,9% en la rama
placebo, considerando cambios en creatinina y cambios
en peso, para eliminar la confusión por efecto sobre la
función renal, con dilución o caída en la producción de
eritropoyetina de 1,52, (IC 95%: 1,22-1,89)27. El estudio
SOLVD y otros estudios encontraron que pacientes con
ICC con anemia presentan deterioro clínico, mayor riesgo
de hospitalizaciones y corta sobrevida comparado con
aquellos sin anemia31.
En el ELITE II (Evaluation of Losartan In The Elderly
II), los valores de hemoglobina menores de 12,5 g/dL ó
>16,5 g/dL se asociaron a una peor evolución alejada63.
En un análisis retrospectivo del Val-HeFT, se define una
prevalencia de anemia del 23%. Los anémicos son más
añosos, con peor función renal y signos de retención
hídrica. Su peso es menor, y sus valores de BNP y PCR
(proteína C reactiva) son mayores. Tanto la presencia de
anemia como la caída de la hemoglobina en la internación
se asocian a peor evolución alejada26.
Mozaffarian y col.60 observaron que por cada descenso del
1% en el hematocrito se producía un 3% de incremento
en el riesgo de muerte, en una serie de 1130 pacientes
con un seguimiento medio de 15 meses.
Kosiborod y col.64 también observaron un aumento del
2% en la mortalidad a 1 año por cada descenso del 1%
en el hematocrito y, a su vez un incremento del 2% en
el riesgo de rehospitalización a 1 año por cada descenso
del 1% en el hematocrito.
En otro estudio, Felker y col.59 apreciaron en una serie de
949 pacientes un incremento del 12% en el riesgo de sufrir
un evento cardiovascular por cada descenso de 1 g/dL de
hemoglobina plasmática, considerando como objetivo
final combinado muerte y hospitalización a los 60 días.
En algunas series las cifras de hemoglobina fueron similares
para las distintas clases funcionales según la NYHA,
y sólo al comparar las clases I-II frente a las clases III-IV
se obtuvieron diferencias significativas65.
De acuerdo con algunos autores habría predictores de
mortalidad en las mujeres, debido a la relación del sexo
y la anemia. Al no haber estudios de una interacción significativa
entre ambos se desconoce si la anemia tiene un
efecto pernicioso en las mujeres. Como las mujeres tienen
cifras de hemoglobina y hematocrito más bajas que los
varones, ésta es una hipótesis que merece atención8.
En un estudio al evaluar el significado pronóstico de los
valores de hemoglobina en ICC, los autores describen la
relación hallada entre valores bajos de hemoglobina y
la coexistencia de diabetes sin significación estadística.
También, se encontró relación entre valores plasmáticos
de hemoglobina y colesterol (cuanto mayores eran las
cifras de colesterol, mayores eran también las de hemoglobina).
Es posible que la desnutrición que acompaña a las situaciones
avanzadas de ICC ejerza un papel en esa relación,
pero no se disponen de datos suficientes que apoyen este
hecho66.
En la serie de Ezekowitz y col.31 en la que se incluyeron
12.065 pacientes, se apreció una relación entre diabetes y
anemia de enfermedades crónicas, pero no entre diabetes
y anemia de otro tipo.
En un trabajo de Horwich y col.11, se comenta la posible
relación entre la anemia y la desnutrición sobre la base de la relación observada con las cifras de albúmina y el índice
de masa corporal, sin ninguna referencia al colesterol.
Carecen datos que indiquen si la asociación entre la
anemia y el mal pronóstico de los enfermos con ICC es
causal, o si la anemia es tan sólo un marcador de riesgo
como puede ser la fracción de eyección. Sin embargo,
parece evidente que la anemia agrava la situación clínica
de los enfermos con ICC, precisando que en estosp acientes
un aumento del gasto cardíaco para aportar oxígeno
a los tejidos favorece la isquemia miocárdica y altera la
tolerancia y capacidad al ejercicio41.
Los resultados iniciales favorables de estudios con eritropoyetina
más hierro, junto con los efectos hemodinámicos
perjudiciales y la posibilidad de que la anemia favorezca
la isquemia miocárdica, apoyarían la posible relación
causa-efecto.
Aún son necesarios estudios randomizados para aclarar
el impacto de la anemia en los pacientes con ICC, debiendo
ser considerada un factor de riesgo independiente
de mortalidad.
Conclusión
La anemia ha pasado a ocupar un plano relevante en la
concepción patogénica actual de la ICC; sin embargo,
se trata de una entidad rodeada de incógnitas en lo que
refiere a las posibles causas y su manejo.
La prevalencia de anemia en los pacientes con ICC es
elevada y su importancia clínica significativa. Sin embargo,
no se han establecido aún con certeza los objetivos
del tratamiento y los valores de corte de hemoglobina
para esta población, lo cual hace más difícil su manejo
adecuado.
Nos faltan datos para considerar el tratamiento más seguro
y efectivo, esperándose estudios randomizados que avalen
el uso de drogas que mejoren la calidad y expectativa de
vida en esta población. Si identificamos la causa, podremos
realizar un tratamiento apropiado, logrando así el
manejo óptimo de cada caso en forma individual.
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