CASO CLINICO
Endocarditis bacteriana en el cable
de resincronizador
Descripción de un caso clínico
y revisión de la literatura
Eduardo Contreras Zuniga*, Sandra Ximena Zuluaga Martínez**
* Medicina Interna. Fellowship en Cardiología. Universidad del Valle. Cali. Colombia.
** Angiografía de Occidente S.A. Cali. Colombia.
Correspondencia: Dr. Eduardo Contreras Zuniga
Calle 4 No. 65 CP: 14 - Cali. Colombia.
Tel.: 317 5009197 E-mail: edo11@hotmail.com
Recibido: 11/10/2008
Aceptado: 11/05/2009
Resumen
La endocarditis, relacionada con la infección del cable del resincronizador cardíaco, es una complicación rara asociada a los marcapasos endocavitarios. La incidencia de endocarditis que aparece tras el implante de un marcapasos endocavitario permanente oscila entre el 0,13% y el 7,9%. La historia natural de la infección en algunos casos es sombría, con un porcentaje de mortalidad alto, entre un 30-35%, según diferentes estudios. A continuación se presenta el caso de una paciente con endocarditis en el cable de un resincronizador implantable en la que no fue necesaria la extracción del mismo.
Palabras clave: Endocarditis infecciosa; Resincronizador cardíaco; Infección en cable de marcapasos
Summary
Bacterial endocarditis in a resynchronization wire
Case report and review of the literature
Endocarditis related to infection of the endocavitary wire is a rare complication associated with pacemakers endocavitaries. The incidence of endocarditis that appears after the implantation of a permanent endocardial pacemaker ranges between 0.13% and 7.9%. The natural history of infection in some cases is grim, with a high mortality rate, between 30-35%, according to various studies. We present a patient with endocarditis associated to a resynchronization wire in which it was not necessary its removal.
Keywords: Infective endocarditis; Endocarditis and cardiac resynchronization; Wire pacemaker infection
Resumo
Endocardite bacteriana no cabo-eletrodo do ressincronizador
Descrição de um caso clínico e revisão da literatura
A endocardite relacionada com a infecção do cabo-eletrodo do ressincronizador cardíaco é uma complicação rara associada aos marcapassos endocavitários. A incidência da endocardite que aparece após o implante de um marcapasso endocavitário permanente oscila entre 0,13% e 7,9%. A história natural da infecção em alguns casos é sombria, com uma alta porcentagem de mortalidade, entre um 30-35%, segundo diferentes estudos. A seguir apresenta-se o caso de uma paciente com endocardite no cabo-eletrodo de um ressincronizador implantável em que não foi necessária a extração do mesmo.
Palavras chave: Endocardite infecciosa; Ressincronizador cardíaco; Infecção em cabo-eletrodo de marcapassos
Introducción
El diagnóstico de endocarditis en el cable de un resincronizador cardíaco es difícil y debería ser considerado de forma sistemática en todos los pacientes portadores de marcapasos o resincronizadores cardíacos que presenten fiebre, infección en el lugar del implante cutáneo del mismo, o patología pulmonar. La ecocardiografía transtorácica (ETT) es poco sensible para la demostración de vegetaciones en el cable del resincronizador, mientras que la ecocardiografía transesofágica (ETE) las muestra en un alto porcentaje, cercano al 95% de los pacientes con vegetaciones a nivel del mismo1,2.
Descripción del caso clínico
Antecedentes
Se comenta el caso clínico de una paciente de 74 años
de edad, de raza blanca, con antecedentes de hipertensión
arterial, insuficiencia renal crónica, hipotiroidismo,
fibrilación auricular y enfermedad coronaria, por lo cual
se le había realizado una angioplastia y colocación de
un stent en la arteria coronaria descendente anterior en
el año 2000. Además, padecía una insuficiencia mitral
severa, debido a ello, se le había realizado un reemplazo
valvular mitral con una válvula mecánica, en 2001. Posteriormente,
desarrolló una falla cardíaca con fracción
de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) del 22%
y una clase funcional (CF) III/IV según la New York
Heart Association (NYHA) a pesar del manejo médico
óptimo, con un electrocardiograma de base que mostraba
un complejo QRS > 120 mseg, decidiéndose en consecuencia
la colocación un resincronizador cardíaco St.
Jude programado en VVT, en abril de 2004. En dicho
procedimiento, se administró profilácticamente 2 gramos
de cefalotina, con buena respuesta.
Cuadro clínico
La paciente realizó una consulta 4 años después del implante
del resincronizador (2008) por una sintomatología
de 3 días consecutivos de disnea progresiva, ortopnea,
disnea paroxística nocturna y fiebre. Al ingreso, presentó
una tensión arterial de 120/70 mm Hg, con una frecuencia
cardíaca de 78 latidos por minuto, una frecuencia
respiratoria de 18 x’, una temperatura axilar de 38,5º C,
una saturación de oxígeno del 78%, disnea moderada,
sin ingurgitación yugular e hipoventilación generalizada
con estertores bibasales. Los ruidos cardíacos eran rítmicos
con click valvular mecánico normal y edema en
miembros inferiores grado II.
La radiografía de tórax mostró una congestión pulmonar
bilateral y los análisis en sangre evidenciaron: leucocitos
= 16.700 x mm3 con un 96% de neutrofilia; hemoglobinemia
de 11,3 gr/dl; plaquetas = 404.000 x mm3; creatininemia
de 2,2 mg/dl; sodio en sangre = 150 mmol/L;
kalemia = 4,2 mmol/L; INR = 3,4; PCR = 47 mg/dl.
Debido al cuadro clínico, se inició la administración de
vasodilatadores endovenosos y diuréticos y restricción
hídrica, con buena respuesta. Se le realizó un ecocardiograma
transesofágico por sospecha de endocarditis
infecciosa dado que la paciente persistía con fiebre,
encontrando una masa móvil adherida al electrodo del
resincronizador (Figura 1).
Figura 1. Masa móvil adherente al electrodo de 2 cm x 0,7 cm.
Se inició tratamiento con piperacilina y tazobactam 2,25 gramos endovenoso cada 6 horas + vancomicina 1 gramo endovenoso inicial y subsiguientes dosis según niveles valle. Los hemocultivos dieron positivos para Stafilococcus aureus multisensible. Se administró terapia antibiótica por 6 semanas con muy buena respuesta, por lo cual se decidió no retirar el cable del resincronizador, ni la válvula mitral. El ecocardiograma de control a las 6 semanas mostró resolución de la masa adherente al electrodo.
Discusión
La infección de un sistema de marcapasos o desfibrilador
automático implantable es una complicación poco
frecuente, pero que puede derivar en serias consecuencias,
si no es adecuadamente tratada. Su incidencia
oscila, según las series, entre el 0,13 y el 7,9%.
La infección de un sistema de marcapasos o resincronización
cardíaca puede afectar a la bolsa, al cable o a
ambos2,3. Cuando la infección afecta al cable, el cuadro
clínico es potencialmente más grave y las complicaciones
frecuentes (sepsis, neumonía, endocarditis o
embolismos sépticos). La infección del cable ha de sospecharse
en todo paciente portador de un marcapasos o
resincronizador con fiebre, leucocitosis y hemocultivos
positivos, especialmente, si se evidencian infiltrados
radiológicos pulmonares que hagan pensar en embolismos
sépticos. El diagnóstico debe completarse con un ecocardiograma. El ETE tiene varias ventajas sobre el
ETT: sensibilidad superior, en torno al 90-95%; detecta
mejor las alteraciones concomitantes de la válvula
tricúspide, y determina con más exactitud el tamaño de
las vegetaciones existentes4-6.
La endocarditis infecciosa sobre un marcapaso o resincronizador
puede clasificarse en aguda o crónica con
respecto al tiempo transcurrido entre el implante y el inicio de los síntomas. Algunos autores consideran que
es aguda cuando los síntomas aparecen en las primeras
seis semanas después del último procedimiento sobre el
dispositivo, otros dentro de los primeros tres meses. En
las formas agudas, predomina el Stafilococcus aureus como agente causante de la infección; mientras que en
las crónicas, lo hace el Stafilococcus epidermidis1,7,8.
Los mecanismos implicados en la génesis de la endocarditis
sobre el marcapasos o el resincronizador son
tres:
1. La posibilidad de una contaminación local en el
curso del implante del sistema es la más reconocida.
Esta contaminación puede afectar al generador, al
cable o a ambos2,8.
2. La erosión cutánea o necrosis de la bolsa del generador
o de la piel adyacente al electrodo puede actuar
como una verdadera puerta de entrada de los microorganismos
y claramente predispone a la infección
del sistema de resincronización. En algún caso, se
puede constatar la exteriorización del generador y/o del cable del resincronizador. Algunos factores que
favorecen la aparición de esta complicación son: una
técnica quirúrgica inadecuada, un lugar del implante
inapropiado, el deterioro del estado nutricional del
paciente y el tamaño del generador3,4,5.
3. El tercer mecanismo consiste en la posibilidad de
una infección secundaria por vía hematógena. La
porción intravascular y, sobre todo, intracardíaca
del electrodo está recubierta por un tejido fibroso
(endotelización del electrodo) que puede ser colonizado
durante una bacteriemia transitoria. Este modo
de contaminación ha representado hasta el 14% de
los casos en algunas series6,7.
Entre los factores que predisponen a esta infección se
presentan: la edad, las neoplasias, el tratamiento con
fármacos inmunosupresores, el alcoholismo, la diabetes
mellitus, la desnutrición, la enfermedad valvular y la
insuficiencia renal crónica. En este caso, la paciente
padecía un antecedente de nefropatía hipertensiva3.
La mayoría de los autores coinciden en que la extracción
de todo el material protésico (generador y electrodos)
es indispensable para la curación de la enfermedad y
existen varias comunicaciones en las que se demuestra
que en los pacientes en los que no se retira el sistema
de marcapaso la incidencia de recaídas y la mortalidad
son superiores a las de los pacientes en los que se
efectúa su extracción. Por lo tanto, una vez realizado el
diagnóstico, deben retirarse el generador y los catéteres
cuanto antes y esto está indicado incluso cuando la
infección está localizada exclusivamente en el bolsillo del generador.
Sin embargo, en vegetaciones de hasta 2 cm, es factible
el tratamiento médico sin remoción del electrodo
comprometido1,2,8.
La paciente en cuestión ingresó en mala condición general
y febril por lo que se realizó un ecocardiograma,
evidenciando una endocarditis bacteriana. Si bien la
conducta aceptada es la extracción del material protésico,
se decidió continuar con el manejo médico dado
el estado clínico de la paciente, la dificultad técnica del
procedimiento, la sensibilidad de germen cultivado, la
disminución en el tamaño de la vegetación en los controles
subsiguientes hasta que finalmente, desapareció.
La paciente estuvo en constante evaluación clínica,
incluyendo la toma de hemocultivos sucesivos, los que
resultaron negativos. Debido a su buena evolución, se
decidió continuar la terapia antibiótica por 6 semanas.
La paciente continuó en control médico, inicialmente
en forma semanal, sin evidenciar signos ni síntomas
que sugirieran la presencia de infección. A la fecha la
paciente lleva 26 meses asintomática, en clase funcional
I y los ecocardiogramas de control no han mostrado
indicio de vegetación.
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